El Arte de Chingar
Prefacio
La luz es lo que el hombre quiere
ver, entre tantas tinieblas un pequeño rayo luz sobra y basta para mantener
vivo al hombre, la luz como símbolo de verdad y esperanza. La filosofía intenta
dar luz, una idea, el ideal, es decir, intenta anunciar lo que debería de ser, la realidad no puede ser
como quisiéramos que sea, pero la idea
nos guía a buscar lo que debería de ser, aunque el camino este lleno de muchas
luchas, derrotas y caídas, la idea prevalece, es el modelo que se
busca seguir y el motor de esperanza que buscamos tener, este escrito no busca
ser una crítica pesimista de la cultura mexicana, al contrario busca demostrar
sus inconsistencias para poder superarlas, cambiarlas, mejorarlas, transformarlas,
en otras palabras, hacer de este mundo un poco mejor de lo que se tiene.
Los modelos que se proponen y las
ideologías que se introducen van deteriorando la cultura y muestra una
desgarradora idiosincrasia, hacen que el mundo se vuelva vicioso, que adore e
idolatre aquellos personajes que a base de mentiras, engaños, mañas y astucia
sean el modelo a seguir, dejando a un lado el trabajo, el esfuerzo, la
constancia y la educación como valores y que sean algo absurdo, antiguo y
pasado de moda, en efecto, en un mundo de virtuosos el vicioso es el perdedor,
en un mundo de viciosos el virtuoso es el malo, parece que el segundo es el que
más se manifiesta en nuestra cultura., el cambio empieza por uno mismo,
buscando ser fiel en un mundo de infieles, buscando ser honrado en un mundo de
ladrones, buscando la verdad en un mundo que ama la mentira, buscando ser bueno
en un mundo que se esmera por ser malo. Este escrito es una crítica fuerte en
algunos aspectos que algunos los escandalizará, a otros los espantará, otros
sólo lo pensarán y sólo unos cuantos lo entenderán, esta crítica se presta al diálogo, al debate, a intercambiar ideas, nunca he hecho algo con el afán de
molestar, incomodar o fastidiar simplemente lo he hecho para ayudar, para
mejorar, para heredar una mejor vida a los que vienen detrás de nosotros, sin
tantos vicios, sin tanta mentira, sin tanta inmundicia.
A llegado un punto en que el
mundo en el que se vive sofoca y cansa de tanto fastidiarse la vida unos contra
otros, en chismes, injurias, difamaciones, malos tratos, indiferencia, etc., lo
único que nos hace humanos no es la razón sino la relación, es decir, en la medida
que reconozcamos nuestra humanidad que está dispuesta a la servicialidad, es
decir, aquellas cosas que no se compran, que no tienen precio, que van más allá
de la materialidad, las cosas que trascienden y por trascender son hermosas y
deseables, en otras palabras, este escrito va dirigido aquellos que buscan o
que están perfeccionando la buena conciencia, esa conciencia que
se forja y perfecciona gracias a buscar la verdad y experimentar la maldad,
como el oro que se acrisola también el corazón humano se purifica, corazones
valientes y fuertes, corazones heroicos que descubren en su humanidad su
humildad, corazones templados que están dispuestos a Sacrificar su felicidad
por la de alguien más, y que en ese sacrificio, amor, respeto y fe descubren la
más alta de las felicidades.
El arte de chingar es el primer
paso para cambiar, paso difícil y doloroso, pues duele ver nuestra realidad y
duele más enfrentarla, pero se sufriría más si se quedara igual. La crítica jamás
es buena si no es constructiva, de nada serviría cambiar los poderes si primero
no se cambia el corazón humano y sus deseos, se puede cambiar de dirigentes
pero si estos también están contaminados, lo único que cambia es el nombre del
dirigente, en efecto, puede haber revoluciones crueles y sangrientas que
cambian dictaduras por democracia, pero la revolución más cruel y violenta es
la que se hace en los corazones humanos, cambiando de hábitos, de deseos, de
intenciones, de ideales, de valores, de IDEAS, se debe desear algo más que
poder, dinero, reconocimiento y felicidad. El descubrimiento del otro descubre
mi humanidad en la sensibilidad y vulnerabilidad que estalla en mi racionalidad,
la búsqueda de la buena conciencia jamás será una realidad si no aprendemos de
nuestra responsabilidad, no se puede ayudar a todo el mundo pero si a los que
tienes más cerca, a los más próximos a ti, a tu familia, a tus hijos, a tus
colegas, a tus compañeros, a tus amigos, a tus alumnos, a tu gente, a tus
medios naturales, a tus mascotas, en fin a todo lo más próximo a ti. Chingar
siempre fue lo más fácil porque había que violentar, ayudar siempre fue lo más difícil
porque implicaba amar. De esta manera invito al querido lector adentrarse en mis más apreciables o desleales pensamientos, intentado hacer pensar y tal vez despertar.
“El mexicano vive para chingar”
…Nosotros nacimos de la noche, en
ella vivimos, moriremos en ella, pero la luz será mañana para lo más, para
todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para
todos la luz, para todos todo….
Subcomandante Marcos.
En el mundo existen más cosas
buenas que malas,
pero las malas son más adictivas,
pues es más rápido el mal que nosotros mismos.
Introducción:
La vida se nos va en chingar, tantas anfibologías aunadas a
esta palabra, tan común y usada frecuentemente en el vocabulario de nuestra gente, pero qué cruda y violenta es en la práctica de la vida mexicana, palabra
descarnada, maquiavélica e insensible cuando todo mexicano la sufre, el
ser chingado, ya sea por el gobierno, por el patrón, por la familia,
por el esposo (a), los padres, el maestro, la policía, el novio o la novia, el
comerciante, el colega laboral, el trabajo, el vecino, la nuera, el yerno, la
suegra o el suegro, etc., palabra que se adhiere a nuestro vocabulario con el
sin sabor, con amargura, con tristeza, con el sufrimiento, con la impotencia de
vernos sumergidos en un mundo hecho para defenderse y ofenderse ante los otros
mexicanos. La palabra chingar en México representa lo mismo
que el aristotelismo con respecto a la esclavitud, el maquiavelismo con
respecto al poder, el Leviatán de Hobbes con respeto al Estado, la aniquilación
de los valores nietzscheana, el ser-para sí de Sartre, es la manifestación
humana racional de ver la vida ante los demás.
La
idea surgió con la enfermedad de mi hija de 2 años de edad, normalmente en
México si es que se está asegurado se le asigna una clínica del seguro social,
y es en esa clínica que uno experimenta el tormento de esperar ser atendido,
ahí entendí dos cosas: 1) el derechohabiente asiste a la clínica principalmente
porque no tiene dinero para pagar un doctor particular ni los medicamentos, de
esta manera chinga al gobierno y 2) los médicos que atienden en estas clínicas
su trabajo es permanente hasta pensionarse, en efecto, lo que hagan bien o hagan mal ya no los pueden correr, esta seguridad les hace pensar y actuar de
este modo: “que se chinguen todos, yo ya asegure mi trabajo”. Es esta
circunstancia la que se encuentra en una clínica del seguro social. Normalmente
para pasar a una consulta de urgencia tardan de dos a cinco horas, atrapado en
la sala de espera con mi hija quejándose de su malestar, veía que paseaban los
médicos de un lado a otro, viendo a mi hija con indiferencia ante su llanto,
nadie, ni un médico se detuvo a preguntar o valorar el grado de la enfermedad
hasta que se le diera el turno pertinente, en esa estancia no era mi hija la
única, había varios niños enfermos, los llantos, quejidos, sollozos y lamentos
invadían la sala de espera, dos señoras quejándose del mal servicio, un mujer
llorando del dolor, una anciana mirando a la recepcionista con impaciencia y
una recepcionista indiferente y fría al vernos a todos en esa sala de espera,
la situación era crítica, sin embargo todos debíamos esperar nuestro turno, mi
llegada a esa clínica fue a las 4 de la tarde y atendieron a mi hija a la 9 de
la noche, con cierta molestia veía y explicaba al médico la situación de la
enfermedad, mi hija ya cansada y harta de estar ahí quería irse a su casa,
después de esa espantosa espera, estaba lloviendo (parece que ese día no
fue mi día, solo faltaba pisara popo de perro) cargando a mi hija caminando
hasta tomar el autobús que nos dejara en la casa, intentaba atajarme de la
lluvia por la marquesina de las casas, pero las personas al verme cargando a mi
hija preferían atajarse ellas y dejarnos fuera de la marquesina hasta mojarnos,
este contexto me dio la idea ¿Por qué somos así? ¿Qué es lo que nos impulsa a
actuar de esa manera? ¿Cómo es que podemos aprender a vivir así? Esto basto
para indagar seria y profundamente en nuestro entorno cultural, social,
educativo, psicológico y político para dar respuesta a estas preguntas.
La idea del que el
mexicano vive para chingar surge desde un tiempo arcano inherente a la
raíz de todos los males de nuestra sociedad, males que hacen pensar que quien
vive en México aprende a cuidarse de los mexicanos, pero ¿En dónde radica el
mal del mexicano? ¿De su educación? ¿De su historia? ¿De su psicología? Y ¿Por
qué la palabra chingar manifiesta la clara visión que
tiene del mundo el mexicano? La holgazanería, flojera, el ser comodino,
mediocre, abusivo, la grilla, el robo, el machismo, cinismo, la infidelidad,
hipocresía, crueldad, mentalidad predadora de los más débiles abundan en
nuestra sociedad, todo esto debe tener una causa, un principio, una razón de
ser, que al parecer pasa desapercibido, tan común y cotidiana que ya no es mal,
es una cualidad esencial de nuestra cultura a la cual debemos adaptarnos, vivir
con ella, coquetear, rozar, dialogar, abrazar y besar cuando nos conviene y
repudiarla cuando nos afecta. Parece ser que ya nadie cuestiona esto, ya se ha
resignado a vivir así, a ser chingado y a chingar, a ¿Quién? A quien se deje.
Es increíble como se acostumbra a la palabra chingar, a decir expresiones como:
está bien chingado, cuando alguien carece, padece pobreza,
miseria o se le ve con lastima o cínicamente se le ve con burla. Cuando se va a
trabajar, se dice: hay que chingarle o voy a la chinga,
al patrón hay que estafarlo, o hacerle creer que se trabaja, de ahí la famosa
frase popular “hago como que trabajo y tú haces como que me pagas”, la segunda
es más directa “la chinga” significa ir a sufrir, padecer en el trabajo, el
maltrato, el desprecio, la grilla, a ganarse por medio de soportar ese trato el
pan y sustento de cada día (No me quiero adelantar a explicar algunas de estas
significaciones, pero son algún ejemplo de lo que voy ir explicando). Esta
palabra no solo afecta a nivel lingüístico sino a nivel social, moral, ético,
(¡y que decir a nivel político!) en la práctica diaria mexicana se vive y sufre
esta noción, de esta manera surge la idea de analizar, denunciar el abuso de
esta categoría como práctica de vida y anunciar una solución, una vía, una esperanza.
La esclavitud más cruel no es la
que se propicia por armas, violencia o amenazas sino la que se propicia en la
mente, esclavizado mentalmente es casi como morir, como estar sin salida,
atrapado en un sin sentido, en un absurdo homicida que susurra de la manera más
dulce y hermosa que el suicidio es la solución, y los que se aferran a la vida
como aquel que da patadas de ahogado, lo único que piensa es sobrevivir, y
sobrevivir como una categoría infame que acepta la vida en la más cruda de las
condiciones, una infravida, es por eso que lo único que nos salva
de ser unas bestias asesinándonos unos a otros es la razón, más allá del
fanatismo, moralismo, nacionalismo, una opción de vida racional, siempre se
puede elegir, es por eso que las armas más peligrosas no son las bombas
nucleares o los tanques de guerra, sino la pluma y el papel, enseñar a pensar,
pero sobre todo a preguntar, a tener curiosidad sin morbo por querer cambiar, y
cuando estemos como queramos poder mejorar, atrapados en el buen sentido de la
palabra en una dialéctica de perfeccionamiento. Es muy común
en México escuchar decir que la educación es un arma ¿un arma para qué? ¿Para
defenderte de quién? Parece ser que de todos, todos los que me rodean son
enemigos y la educación es el medio para defenderte de ellos, para no ser
chingado y poder chingar, en efecto, voy a intentar vislumbrar desde donde se
deslinda este pensamiento cultural mexicano.
¿Qué es Chingar?
Al
finalizar de investigar esto descubrí que en el cielo de México,
No hay dios,
y que en su infierno no hay demonios,
Está
repleto de santos.
Todos los mexicanos desde
nuestras primeras palabras casi viene inmerso este vocablo chingar, palabra
violenta que desgarra nuestros buenos modales y corroe las buenas costumbres,
los niños la expresan con picardía y euforia, y los adultos con ira y odio,
palabra siempre prohibida pero que saca a relucir los verdaderos sentimientos.
Todos la pronuncian más no todos saben lo que significa, los más pobres y
rezagados académicamente la conocen en la vida más nunca la reflexionan, y los
que la reflexionan se dan cuenta de tanto mal y la excluyen de su vocabulario,
aunque siempre y en ciertos momentos la llegan a decir esbozando perfectamente
sus sentimientos, tal parece que en varios sitios de américa latina se ocupa,
pero eso en este momento no me compete, de lo que me compete es explicar esta
palabra y su sentido en México, si bien es cierto la mentalidad popular
mexicana es sometida, enclaustrada, cerrada, frustrada, violenta, agresiva
consigo misma, domesticada, traumada por un sentimiento de inferioridad,
siempre admirada por lo que hacen los demás (malinchismo), fácil de convencer,
viciosa, poco critica, pasiva, temerosa, alienada, la cultura y la pedagogía
oculta en México ha dicho que no podemos crear, innovar, formar, que se nació
para trabajar, para ser mandados, sometidos, para no ser productivos, para que
elijan por nosotros y son muy pocos los que no escuchan esta voz y se atreven a
arriesgar, a cambiar, a romper cadenas, ante todo esto, algunos filósofos y
pensadores mexicanos ya habían detectado este malestar social y cultural, el
primero en sacar a relucir un poco de estos traumas nacionales fue Samuel Ramos
en su libro “Psicoanálisis del mexicano” que dio a relucir bastantes traumas
heredados de malas administraciones políticas, dictaduras, conquistas,
violaciones, a lo cual el mexicano se quedó estupefacto, tembloroso y temeroso
ante el poderoso conquistador, y opto por resignarse y someterse, viendo a los
conquistadores como todopoderosos, superiores en rasgos físicos como mentales,
con ideas, innovaciones, con poder, casi como semidioses, a lo cual el antiguo
mexicano eligió someterse, anhelar ser como el patrón, y despreciarse como raza
inferior, desarrollándose síntomas anárquicos hacia el mismo, creando
mecanismos de defensa como el machismo y la parodia sarcástica de sí mismo (El
mexicano ve su pobreza, miseria, ignorancia con picardía, con gracia, no se
angustia en sentirse mal, prefiere verse con humor), la historia del chingar
viene marcada con agresividad, violencia tal que asustaba y escarmentaba al más
estoico pensador occidental, pensamientos tales que plasmo muy bien Octavio paz
en su libro “Laberinto de la soledad”, el antiguo mexicano estaba acostumbrado
a hacer y a recibir las cosas por esfuerzo, por honor, hasta incluso al morir
tenía que hacerse merecedor de llegar a Mictlán-Ometeotl, el lugar de descanso
de los muertos, por una larga travesía tenía que eludir descarnados obstáculos
para llegar a descansar en paz, el conquistador tomo por la fuerza sin mérito
alguno, robo, violo, mutilo y menoscabo cuanto ambicionó, es lo que designaría
en una primera perspectiva histórica “chingo” a los antiguos pobladores de
américa, esta historia, aunque los libros de texto de primaria y secundaria nos
la pinte de decorosa y buena, no necesitamos leerla, la llevamos puesta todos
los días, como un tatuaje de los reos judíos de Auschwitz, herida que
hasta la fecha parece ser que ha cicatrizado ficticiamente, pero en el fondo no
se ha encontrado la cura para tal llaga, en este contexto se puede decir que es
un pueblo acostumbrado a ser conquistado, a ser dictaminado, gobernado, dócil a
la palabra del conquistador, con la mirada abajo, menospreciado, recriminado
psicológicamente a sentirse nada comparado con otros, feo, traumado. Todo esto
favoreció históricamente a tener un pueblo domesticado, a ser violentado sin
oponer resistencia, a tener una mentalidad de sometimiento, que siempre se le
ha dicho que no es nada, se doblega ante un patrón, ante el Señor, ante el
dueño, sometido hasta en su forma de hablar y vivir, aceptando las miserias que
se le dé, pues, incluso piensa que no es merecedor de nada, moral de esclavo es
la que se tiene, acostumbrado a ser mandado, ordenado, a no tomar decisiones
por el mismo, por el temor a errar, el Patrón tiene la razón, esto provoca una
bipolaridad en un sentido de hipocresía, ante el patrón se muestra dócil y
obediente, y ante sus semejantes envidia y recelo, temor de que el otro pueda
caer en la gracia del Patrón, sus relaciones con sus semejantes se muestran
cautelosas “tierra de hipocresía” pues, las injurias, difamaciones y chismes
son potencialidades de ser despedido del trabajo, en el fondo surge una
necesidad de caer en la gracia del patrón, para sentirse querido, apreciado,
estimado, reconocido por aquel que tiene el poder, la riqueza, la capacidad de
someter y aniquilar, el querer sentirse protegido, como el padre que cuida del
hijo (en este caso sería el perro, pero al fin y al cabo “protegido”). Moral de
esclavo siempre frustrado, siempre ávido para lambisconear aprecio del Amo,
esto desglosa una actitud anárquica con sus semejantes, pues es con ellos que
se atreve a ser como realmente es, ya sea agresivo, ya sea alegre, ya sea que
se desquite con sus semejantes todo lo que le hacen sufrir o ya sea que
demuestre toda su capacidad de amar que le hacen suprimir. Todo esto divide el
país en dos sectores sociales: esclavos y amos, las masas mexicanas están
acostumbradas a ser dóciles al amo, a someterse, a no cuestionar, a obedecer,
no saben lo que es ser libre, es más, le tienen miedo a la libertad. Esta
historia arremete en contra del mexicano todo su dolor, le recuerda quién es y
cómo es, de dónde ha salido y hacia dónde va, pocas mentes mexicanas se
resisten a esta historia, pocos son aquellos mexicanos que luchan contra estas
arbitrariedades.
La palabra chingar en el esbozo
de Octavio Paz se deriva de la historia violentada de Doña Marina alias “La
Malinche” una mujer tomada por Hernán Cortes como su lengua (traductora) o por
qué no decirlo descarnadamente: su prostituta privada cada vez que tenía ganas
de quitarse la calentura, una mujer usada, manipulada, amenazada, despojada de
su dignidad, humillada, violada, engañada, sufrida, ultrajada, traicionada,
atormentada (aunque muchos historiadores de la Malinche la defiendan era la
prostituta de Cortes), está mujer en la historia forma parte de una
primera traición a la raza, es como algunos la explicaban, “la Eva mexicana”,
símbolo del desprecio de su gente, del odio, repulsión y asco de sus
semejantes, símbolo de la fascinación por los extranjeros y repugnancia de los
suyos, símbolo de la traición, de ahí que malinchismo, sea como la etimología
lo desglosa: Todo lo que rodea a Malinche, todos esos calificativos grotescos y
despectivos en los que la historia la escribió. Se puede decir en una segunda
noción que la Malinche se la <<chingaron>> y al mismo
tiempo<<chingo>> a su pueblo.
Todo esto nos demuestra el gran
bagaje simbólico de esta palabra, que cuando se transforma en verbo, es el
verbo más agresivo que se puede conocer en nuestro léxico, con sus diferentes
anfibologías, verbo que desde la tradición bíblica diríamos que es el verbo del
demonio, diríamos que la palabra chingar es homicida desde un principio,
maligno, cruel, asesino, que hace del mundo mexicano una selva, no hay
compasión en este verbo ni piedad, la vida para el mexicano es una oportunidad
de chingar o de ser chingado, una oportunidad de humillar o de ser humillado,
de hacer fracasar a otro o que te hagan fracasar, de violentar o de ser
violentado, no hay valores que rijan a este verbo, siempre interesado en su
beneficio sin importar como se haga para lograr comodidad, entonces chingar es:
hacer violencia con el otro, penetrar en su persona por la fuerza sin su
consentimiento, es traspasar al otro brutalmente y descarnadamente para
doblegarlo, someterlo, forzarlo, humillarlo, matarlo, enseñarle quien manda al
otro para alcanzar un fin, es el olvido y al mismo tiempo destrucción de todos
los valores, aquí no cabe el humanismo, ni la dignidad y mucho menos el amor,
es el odio repulsivo y total hacia el otro para herirlo, asesinarlo pero a
diferencia del homicida, éste mata con un fin: lograr la comodidad, el poder,
superioridad, incluso la felicidad. Esta definición nos traerá el sentimiento
de cada conjugación en cada tiempo de este verbo, chingar se ha vuelto una
costumbre, una cultura que da sus perversos frutos, <<chingarnos unos a
otros como otros nos ha chingado>>.
Este sentimiento tiene una raíz
psicológicamente demostrable y racional, es un mecanismo de defensa, así como
la violencia es el último recurso del incompetente[1], de esa
misma manera chingar es el último recurso del acomplejado de inferioridad, este
complejo hace que se quiera destacar a costa de lo que sea, se destaque en el
deporte, en un trabajo, en un juego, etc., es la competencia de ver quién es el
más “chingón”, y competencia no por mejorar o sobresalir, sino en el mal
sentido de la palabra competencia por demostrar quién es el que sabe chingar
más y mejor, y esto nuestra cultura lo respeta, lo admira, lo anhela, lo desea,
tiene mérito, aquel que sabe conseguir lo que quiere no importando los medios
para obtenerlo, desde seducir a una mujer hasta tramitar una ilegalidad, no
importa lo que se haga siempre y cuando se logre el fin, engañar, robar,
utilizar, prometer, estafar, sobornar, lambisconear, hacer una amistad, es la
vida de lo que comúnmente se llama “chingón” esta derivación del verbo
homicida designa aquel: que es bueno violentando a los otros, es una persona
con mañas, tretas, habilidades, destrezas, astucias, malicias, atropellos para
vivir a costa de los demás, el mundo del mexicano se va en chingar, este
malestar de inferioridad que se encarna en un chingón que es la representación
menoscaba del machismo: “sentimiento amargo de alegría, dulce estupor de cruel
felicidad, amarga sensación de ser alguien en esta vida, satisfacción irónica
dolorosa de humillar a sus semejantes vulnerables, desde la mujer golpeada,
humillada, usada y violada hasta los hijos abandonados, golpeados, traumados
por un padre alcohólico, drogadicto, adultero, violento, agresivo, infiel. Un
Chingón en nuestra concepción machista es aquella persona que es buena haciendo
lo malo: golpeando, alcoholizándose, robando, timando, estafando, engañando,
adulterando, es aquel que somete por la violencia a la esposa, tanto que ésta
le permita tener amantes e incluso hijos fuera de la unión conyugal, y aun así
la esposa lo perdone y lo ame, eso es la manifestación cruda y real de un
chingón en México. Surge de esta manera la contraparte de un chingón es un
pendejo, es la manifestación de aquel que no es ávido para salirse con la suya,
estúpido para hacer el mal, no sabe mentir, embaucar, convencer, robar, ser
infiel, es aquel que paga las consecuencias de ser incompetente chingando, es
la victima del chingón.
Machismo más allá de un
sentimiento de hombría, es la manifestación de debilidad encubierta, es el odio
encolerizado de ver el triunfo y éxito de los demás, disfrazándolo de
indiferencia y engriéndose de ser muy hombre, es el recelo envidioso de ver
ganar a los demás, encubriendo esa envidia en hombría, “No somos buenos en
ciencia, tecnología, arte, deportes, pero somos muy hombres, muy machos”[2] .El mundo mexicano está
hecho por hombres, la mujer en el mundo mexicano (así como Aristóteles) esta
consideraba semejante a un animal doméstico, muy bien lo esboza Sor Juana Inés
de la Cruz cuando escribe:
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?
Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
El machismo tiene como objeto de
violencia a la mujer, a la hembra, a la débil, vulnerable, pasiva,
potencialidad de recibir mal, humillada, vejada, la mujer en el machismo es
objeto de manipulación, de uso, de utilización, de satisfacción, de
servidumbre, siempre vulnerable, objeto de seducción, de lujuria, de placer,
cosificación real de uso y desuso, siempre reprimida, doblegada, el principal
objeto para chingar es la mujer, el chingón pone sus ojos concretamente en la
mujer, mujer símbolo de la chingada, símbolo de padecer el mal y portar el mal,
símbolo de potencialidad perenne de sufrimiento, la mujer entra en este
infernal verbo cuando es humillada por el varón, por un macho,
de ahí que la seducción en nuestro país no sea símbolo de romanticismo, más
bien símbolo de engaño, de violación, de atropello, chingar a una mujer
significa haber abusado de ella, haberse burlado de ella, poseerla al grado de
casi violarla, haber mentido, prometido con la única finalidad de gozar de su
cuerpo, disfrutar de sus placeres y sus caricias, irrumpir en su cuerpo sin
amarla, penetrarla sin desearla, esto refleja amargo enorgullecimiento del
hombre, cruel satisfacción y una risa sátira y cínica llena de grotesca
felicidad, vanagloria cruel de haber amancillado a una mujer. Chingada se refiere
directamente a esa pasividad y potencialidad de padecer, burlada por la fuerza,
sufrir violaciones en su persona, de esta manera se estructura la idea de
debilidad, la mujer porta el fruto de una intromisión voluntariosa y
depredadora, en una sujeción involuntaria a un engendro que el varón (macho)
nunca deseo, un hijo de la chingada es un hijo de una violación, de una
seducción mezquina y maligna que se gozaba en hacer sufrir y engañar a la
chingada. Una mujer en México aunque se enamore y voluntariamente se entregue a
un varón, este se la chinga. Irónica circunstancia romántica que disfraza la
intención del amor, la mujer siempre está a la espera, aguardando
cautelosamente, es la recibe, la que toma, la que padece, la que aunque no lo
quiera va a ser chingada. La mujer es tan menospreciada que el vocabulario así
lo demuestra, la madre es lo golpeado, lo vulnerable, lo violentado, cuando se
expresa: ¡esta de la madre! Horrible, asqueroso, mal hecho, o cuando alguien
quiere amenazar con golpearlo se expresa: ¡te voy a dar en tu madre! (o en toda
tu madre), cuando alguien ofende se expresa airosamente: ¡tu madre! cuando
alguien esta hastiado de ser molestado, fastidiado de ser irrumpido se expresa
brutalmente: ¡Chinga a tu madre! A veces da la impresión de que la mujer en la
cosmovisión mexicana no vale nada.
El machismo en el mexicano es
poder, autoridad, omnipotencia ante los demás, todos deben reconocer su hombría
a base de fuerza, de violencia absurda y sin sentido, desde golpear a una
mujer, a sus hijos, incluso matar a quien lo ofenda, estas
aptitudes son muy comunes en el pueblo mexicano, la plebe, el vulgo mexicano,
alcohol, cantinas, bares, prostitutas, drogas, violencia intrafamiliar,
infidelidad, adulterios, madres solteras, cosas que abundan en este estrato
social, ¿Quién es el más macho? ¿Quién es el más hombre? Es el que toma más
alcohol sin emborracharse, el que se mete con más mujeres, el que es un
desobligado y se gasta todo en los bares, el que tiene hijos con distintas
mujeres, el que sabe pelear y es más golpeador, este macho mexicano anda por la
vida hiriendo, violando, humillando, golpeando, alienado en su bravura esboza
una risa demoniaca, irresponsable y desobligado ante sus hijos y su amantes,
perdido en su poder ficticio se vuelve estúpido y no responde ni por su familia
y mucho menos por la sociedad, aportando más a la miseria, pobreza, odio y al
rencor, que a su sociedad y cultura, retorcida mascara de falso poder y
prestigio ante una sociedad que lo aborrece, el falso poder de sentirse rey
siendo un pordiosero.
Esta alienación del machismo y
chingar a sus semejantes (el pueblo chinga al pueblo, el pueblo matando al
pueblo) deja un siniestro sabor, un panorama lleno de dudas e incertidumbres,
el machismo se vuelve pues un desprecio a sí mismo y a su realidad viviendo una
realidad ficticia de poder y seguridad, tal parece que el pueblo mexicano anda
con un niño abandonado por sus padres buscando afecto y reconocimiento de lo
que nunca pudo ser, buscando un regazo, un consuelo, un poco de sosiego, un
poco de aceptación, alguien que lo acepte tal y como es, sin seguir fingiendo
dureza, fuerza, grandeza a base de un dolor, una máscara que oculte sus
flaquezas sin seguir engrandeciéndose ficticiamente a base del reconocimiento
de los chingados, chingar a sus semejantes para querer sentirse reconocido,
sentirse alguien, inmerso en un pueblo sufrido que lleva en sus cicatrices la
humillación, la tortura, la denigración, la explotación, la opresión de una
historia que lo obliga y empuja a alienarse en falsos sentimientos de grandeza,
y que no hace otra cosa más, que lo que le han enseñado “chingar”. Sin embargo,
existe un machismo positivo, aquel que busca ver la realidad cruda sin
acobardarse, enfrentarla así como es, aquel que busca sacar adelante a los
suyos, hombre como aquel que se niega sin quejarse por ver sobresalir a los
suyos, un macho que ofrece protección a los suyos, sustento. Macho como aquel
que ama a su mujer y se entrega a ella, la seduce, la complace, satisface,
provee, cuida y procura, se muestra fiel y aguanta como hombre las tentaciones
y tribulaciones que pongan en crisis la relación, saca adelante su matrimonio y
a sus hijos, no busca el divorcio como opción, sino como ultima y radical
instancia, busca poner un ejemplo de hombre-macho, anárquico al mal, busca ser
ejemplo de sus hijos, no evade sus errores, no justifica sino que habla con la
verdad, habla las cosas de frente y sin miedo, se muestra repulsivo de la
hipocresía, demuestra su hombría no con golpes, adicto o vicioso, mujeriego,
sino con el radical ejemplo de lo que es ser un HOMBRE en toda la extensión de
la palabra, ayuda y busca trascender, aprecia y no olvida el sacrifico que
hicieron los suyos por él, cuida la imagen y el honor de su familia y de su
persona, macho como aquel que no busca atajos en la vida, camina de frente a la
vida, no agachado y escondido, muestra el rostro fuerte ante las dificultades
de la existencia mexicana, ve a su gente la entiende y ayuda, no la chinga, ese
es el nuevo machismo que se necesita.
El mundo se compone de
contrarios, bueno y malo, bonito y feo, justo e injusto, ser y no ser. El mundo
mexicano se compone en dos partes: chingados y chingones (los que chingan),
opresores y oprimidos, esclavos y amos, siempre la parte vulnerable es la
chingada, la mermada, aplastada, esto crea una psicosis y estigmas sociales. La
sociedad mexicana se rige en dos: Ricos (poder de chingar) y pobres
(potencialidad de ser chingados), el rico tiene un sentimiento de poder divino,
de seguridad ante sus semejantes de imposición de respeto ante los pobres, (es
curioso analizar la psique mexicana, pues los ricos en México no son mexicanos,
son extranjeros, y el mexicano no acepta a otro mexicano por encima de él, y le
da primacía al extranjero, de tal magnitud es ésta psique, que todos los
extranjeros ricos que entran al país quedan asombrados de la capacidad de
servidumbre y sometimiento hacia sus personas, es por eso, que no les es muy
difícil hacer riqueza en México, el mexicano gusta y está acostumbrado a servir
al extranjero) es decir, el mexicano acepta ser chingado por otro que no sea un
semejante a él, esta mentalidad repulsiva hacia sí mismo, hace que nunca pueda
acabar de permear esta batalla con los fantasmas de la herencia histórica y
social que lo ha formado y que le ha dado las armas para defenderse ante sus
prójimos, su raza, su gente, su sangre, pero lo deja imposibilitado para
defenderse ante el que viene de fuera. Mentalidad sometida y servicial,
mentalidad de esclavo que no deja de sangrarse a sí mismo en los suyos, como si
fuera una autoflagelación, es decir, una agresión violenta y destructiva
hacia sí mismos, utilizada en momentos de frustración, angustia, pérdida,
creando así la solución determinada para encontrar alivio ante los
problemas propios de la psique mexicana. Este conflicto interno lleva siglos
con nosotros, y ya nadie se atreve a cambiarlo, pareciera que es mejor
aceptarlo. La mentalidad de esclavo, mentalidad servicial es muy común en el
pueblo de México, esto nulifica la capacidad de inventiva, iniciativa o
innovación, cierra la posibilidad de pensar y de ser libre, con el temor a
errar o a la exclusión social se deja arrastrar por la corrientes de moda,
aceptando y copiando de manera defectuosa las tendencias vanguardistas, ante un
pueblo servicial, esclavo y aunado a eso ¡no piensa! Queda a merced de
cualquier embaucador que venga al país. Esto es mi definición, la manera más
colosal de la palabra chingar.
Chingar: ¿herencia europea?
Chingar jamás fue una elección
siempre fue
una imposición.
La cultura europea como modelo universal de
humanidad, es paradigma mundial de miseria e inmundicia, el precio de la
cultura y la civilización siempre fue la sangre y violencia de los más
vulnerables, jamás fue un modelo de humanidad.
La idea
de sentirse semidioses en la cultura europea, de clavar a dios en la nada y de
usurpar su pedestal, causo psicosis, sentimientos de repulsión y asco por lo
que no fuera europeo, de esta manera el evangelio europeo nunca estuvo el
rostro de Cristo sino las mezquinas intenciones de rendir culto al dios de este
mundo: el oro.
La occidentalización y su
historia, no es otra que una historia que se escribió con sangre inocente,
sangre humana, violaciones, esclavitud, brutalidad, este es el precio de lo que
hoy llamamos civilización. El occidente cuna de la racionalidad, de la cultura
y hoy paradigma indiscutible de lo que debe ser una ciudad, pináculo de la
humanidad, carece de herramientas para entenderse, interpretarse y guiarse, a
lo cual Nietzsche acertó cuando escribió “Nosotros los que conocemos nos
desconocemos a nosotros mismos”, ahora bien, la cuestión es ¿chingar es una
esencialidad del mexicano o fue heredada? Es decir, ¿ya existía en el mundo
occidental, los europeos estaban acostumbrados a ella y sólo que se puso en
práctica en el nuevo mundo con saña, alevosía y ventaja? La cuestión lleva a
indagar seriamente en el pensamiento ético y político de la historia
occidental, en los grandes tratados de la convivencia humana, ahora bien, ¿chingar
es una invención mexicana?
El coloquio maquiavélico repleto
de crudeza y crueldad, revela de una manera central la idea antropológica que
rige el sistema occidental. La expresión de Maquiavelo descarnada por su
radical brutalidad al afirmar categorías fundamentales para la política,
expresión cruda que es guiada por la crudeza de la vida misma, el hombre según
Maquiavelo es perverso, cruel, traicionero, pero sobretodo interesado. El
poder símbolo de autoridad los hombres lo respetan pero una vez que se esté
perdiendo poder, los hombres como aves de rapiña desmembrarán la vulnerabilidad
del poderoso, de ahí sus máximas más famosas “Es más seguro ser temido que
amado” y dice seguro por su inferencia de la rapacidad humana, hacer violencia
en el otro es necesario para tener seguridad ante la vida. La crueldad (si
podríamos llamarla así) de Maquiavelo reside en sus consejos para mantener el
poder político del príncipe en palabras mexicanas ¿Cómo chingar al pueblo para
mantener hegemonía? Aconseja con una malicia que podría decirse que es irreal,
pero que hablando con la verdad es efectiva y viva hasta nuestros días, divide,
dispersa y empobrece palabras tan actuales en nuestra política, ya que el
pueblo disperso y pobre no hace daño, y es increíble lo que agrega “los hombres
de las ofensas pequeñas se vengan, de las grandes no pueden” a los hombres no
se les trata bien se les aplasta, de tal suerte que el otro es mi enemigo,
enemista milenaria irreconciliable, a lo cual escribe “Aquel que propicia (o
trabaja) por el poder de otro, labra su propia tumba”. El hombre es un
instrumento que se debe saber manipular para tus fines o en su defecto
aniquilar. El adiestramiento que esboza Maquiavelo raya en una realidad
profética para el control de las masas, analiza cómo se puede prolongar por
siglos el poder y escribe: el poder perdura más cuando se le enseña al hombre a
obedecer, a que olvide su historia (para repetirla), a restringir su libertad,
ya que los hombres libres son más ávidos y prestos para la rebelión y las
armas, (y lo que continua diciendo es exorbitante, por eso se dice el genio
brillante maquiavélico). Los hombres libres tienen memoria de libertad y esto
los alienta a recuperarla, sin embargo los hombres que siempre han sido
esclavos no saben qué hacer con la libertad, tienen miedo a ser libres, la
exquisitez tiránica es inaudible, los consejos para saber violentar al pueblo
es de una genialidad espléndidamente malvada, a la prole hay que saberla
gobernar, por eso al pueblo las ofensas todas juntas y los favores poco a poco,
el pueblo nunca quiere ser dominado y oprimido por los poderosos y son los
poderosos los que desean dominar y oprimir al pueblo. La lucha de intereses en
la política es natural, el bien no es posible, ser bueno hipócritamente sí, aprender
a ser bueno disfrazando tus verdaderas intenciones, de aquí surge la máxima más
popular de Maquiavelo “el fin justifica los medios” para Maquiavelo ser bueno
con los hombres es imposible, la razón es la única que nos salva de ser un
animal y ejercer violencia, tomar el poder debe ser sutil e inteligente, en
efecto: un hombre que quiere profesar de ser bueno sólo labra su ruina entre
tantos que no lo son, se debe aprender a no ser bueno (e inocente), la
pedagogía maquiavélica reside en aprender todo lo posible para sacar adelante
tus intereses, se debe aprender las costumbres, tradiciones, valores, historia
para sacar provecho a tus finalidades, es por eso la necesidad
imprescindible del hombre para hacer leyes que lo rijan y las bestias
tienen la fuerza, pero como no basta la primera la segunda es necesaria, es
necesario ocultar lo que es el hombre “perverso” a esto dice: todos ven lo que
pareces, pocos palpan lo que eres, de esta manera, el pueblo siempre se atiende
a apariencias y a lo que acontece, y en el mundo no hay más que pueblo. Todo
nos da las primeras pautas para entender las eventuales praxis humanas en
nuestra occidentalización.
Aristóteles símbolo de razón,
ciencia y filosofía, expositor y propulsor de las más bastas y hermosas artes,
sin embargo éste heleno pone las bases para poder chingar, el mundo es
individualista, entendido esto como que cada individuo es procurador de su
propia subsistencia, felicidad y bienestar. El Estagirita propone que la ciudad
es creación humana, la unión por nuestras propias necesidades para lograr el
Bien, el bien común que se debate en diferentes intereses, a todo esto
Aristóteles se emprende a intentar conciliar: el individualismo con la búsqueda
del bien común. Para que una ciudad sea buena necesita buenos ciudadanos, y los
bueno ciudadanos son aquellos que están llenos de virtudes y buscan la vida
virtuosa, de esta manera los intereses deben ser comunes, intereses
particulares vician la política. A todo esto explica que una ciudad es aquella
que se gobierna por sí misma, satisfaciendo las necesidades que le imponga la
existencia. Ahora bien en el momento de establecer quién si es un ciudadano y
quién no lo es, establece clausuras inconmensurables: un ciudadano debe ser
ateniense, los no-atenienses se chingan, el ateniense es símbolo y paradigma
indiscutible de lo que es hombre, de tal suerte, que los esclavos, forasteros,
deformes, deficientes mentales y las mujeres están fuera de la polis, fuera de
la ciudad, según Aristóteles la justicia es necesaria para gobernar, la
injusticia es símbolo de vileza, crueldad y bestialidad, cada hombre debe tener
lo que merece, lo que su trabajo y virtudes le hace meritorio tener, cada
hombre debe forjar lo que quiere poseer, en efecto, son nuestras
vulnerabilidades y necesidades lo que hace la unión humana, ya que ningún
hombre puede vivir bien, si no tiene sus necesidades cubiertas, y todos deben
tener las herramientas y los instrumentos para hacer bien su trabajo, el bien
cada quien se lo procura, con su trabajo, con su esfuerzo y con sus virtudes,
en efecto, un ciudadano es aquel que goza del poder de participar en la
administración y deliberación de justicia en una ciudad, sin embargo, excluye
de estos privilegios a los no-ciudadanos y ¿Quiénes son los no-ciudadanos? Los
no-griegos, los barbaros, para él la esclavitud no es una invención humana es
una ley natural, hay hombres que nacieron por naturaleza para ser esclavizados,
oprimidos, maltratados, para la servidumbre, para satisfacer la necesidades
sexuales (mujer), la esclavitud, servidumbre, la opresión y dominación de las
razas inferiores (entre ella la mujer) es imprescindible, el esclavo es una
especie de instrumento, de herramienta, de cosa para ser útil, estos deben
procurar comodidad, servicio y riqueza, en efecto, un buen bárbaro es aquel que
acepta y se somete dócilmente a quien es superior por naturaleza, se
sujeta a su amo y le procura los bienes indispensables para su existencia, en
otras palabras se deben someter, oprimir y aceptar la esclavitud los inferiores,
hacer violencia y doblegar la voluntad de los más vulnerables, los no-griegos.
Esta esclavitud, servidumbre y
machismo es natural para Aristóteles, además es conveniente para los más
débiles someterse a quien es superior a ellos, Chingar para Aristóteles no es
una invención humana es una ley natural. Cuando se habla de ética aristotélica
se habla de felicidad que debe ser procurada por la virtud: la contemplación y
para conseguir esta felicidad es necesaria la riqueza perpetua para obtenerla,
es decir, los esclavos no pueden ser felices, ellos deben procurar la constante
riqueza y comodidad del amo para que sea feliz, en efecto, la felicidad es
particular, los otros están fuera de mi felicidad y por lo tanto lejos de
obtenerla, ellos existen para que Yo sea feliz, los otros-esclavos interrumpen
la felicidad particular y deben procurar la del amo, es en estas categorías
aristotélicas que pone las bases de la natural ley del racional y buen
chingar-individualista.
La capacidad repulsiva,
cautelosa, agresiva y violenta del hombre contra los más débiles es
majestosamente expresada también por Thomas Hobbes, este filósofo cae en
la cuenta de que la naturaleza humana es perversa, no puede –según él- existir
el altruismo natural en el hombre, sólo rapacidad innata, esta es la inicial
posición de guerra contra todos, el hombre es movido por el deseo y temor,
deseo de poseer y temor hacia los otros que tienen la capacidad de quitar,
robar, de matar, la guerra es una condición necesaria en el hombre, de tal
manera que todos desconfían de todos, y debe haber algo que lo regule, que
imparta justicia, la creación de un ser más poderoso que el hombre para que
este imparta la paz, el Estado (leviatán), la creación del Estado no es otra
cosa que el constante temor hacia los otros, en vez de temerle a todos es mejor
temerle a uno solo, la ambición gobierna a la razón, esta última es incapaz de
guiarlo, la ambición es capaz de sacar a relucir sus más bajos instintos
asesinos, en otras palabras, el apetito natural del hombre lo empuja hacia un
irracional afán de dominio sobre los otros y honor, el ser reconocido por los
demás, hacia una incesante superación de los otros, está llamado a estar por
encima de los otros a base de violencia, de guerra. La guerra entre los hombres
es algo inevitable, todos quieren ser superiores que otros, esto según Hobbes,
es la felicidad humana, la superación del prójimo.
Orgullo, ambición y vanidad son
la fuerza motriz del hombre, es la razón de todos sus actos, en palabras de
nuestro autor: El hombre trata primero de alcanzar la excelencia mediante el
ejercicio de su propia imaginación; luego haciéndose estimar o temer por los
demás. El hombre es un lobo para el hombre, los intereses de los hombres son
comunes por eso existe una eterna guerra, cuando
dos hombres desean la misma cosa que no pueden gozar juntos se convierten en
enemigos. Para Hobbes chingar se vuelve una inevitable situación humana.
El hombre tiene miedo del hombre, por eso crean a este monstro bíblico
Leviatán, es creado por el hombre y se hace una lectura del hombre, analiza
las leyes de un Estado y te darás cuenta de cuantas cosas tiene miedo el
hombre, que haga el mismo hombre, los hombres son fieras para los hombres,
nadie está seguro ni el más fuerte, porque tiene que dormir, y el enemigo débil
puede matarle en sueños, y el débil tiene la capacidad de matar, inseguridad e
incertidumbre gobiernan la relaciones humanas, el hombre prefiere renunciar a
su violencia contra los demás y someterse a un gobierno, a un gobernador, es mejor
–según Hobbes- temerle a uno que a todos. Chingar a los hombres es condición
necesaria para mantener la paz.
La
Discordia entre los hombres es por tres deseos natos: competencia, desconfianza
y gloria. La primera porque los hombres compiten entre si, miden sus fuerzas,
se atacan para lograr un beneficio, y demostrar su poderío, la segunda para
lograr lo que el hombre siempre ha querido”seguridad” y la tercera para ser
reconocido. La violencia es necesaria para convertirse en dueño de las
personas: esclavos, mujeres, niños, ganado, tierras, riquezas, la desconfianza
surge para defender lo que es suyo, para tener sus posesiones seguras lejos de
los hurtos, y la gloria es para que su poder, sea reconocido por los hombres de
su comunidad, un apellido, una opinión, una característica propia. La guerra es
una lucha de voluntades, y la paz sólo significa que no hay nadie que este
peleando por el poder, la eventualidad de la voluntad en la guerra es símbolo
de ver quien pude más, y así lograr la seguridad. Todos contra todos, la
única seguridad es la fuerza propia y la razón suficiente para
proporcionársela, ante tal circunstancia no se puede crear nada, no existe nada
más que el continuo temor de morir violentamente a manos de otro hombre; la
vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve, la vida del
hombre se hizo con una constante amenaza de ser chingado por otro.
Este
legado racional desembarca en los galeones europeos al nuevo mundo, legado
violento y cruel que tenía que llevarse a efecto en la conquista de la nueva
tierra, ya con lo anteriormente mencionado, la mentalidad occidental estaba
repleta de malas intenciones y pesimistas concepciones antropológicas, los
ideales del europeo eran la máxima riqueza posible en la menor cantidad de tiempo,
la tierra que descubrieron era hermosa llena de riquezas tan grandes como
exóticas, pero la tierra no estaba sola, tenía dueños, tenía habitantes, el
descubrimiento no solo de tierra sino de humanos causo gran conflicto para el
conquistador, necesitaban una justificación del aniquilamiento, el hurto y la
apropiación de las nuevas tierras, la justificación fue muy sencilla “la
evangelización de las indias”, por derecho y bienestar de los nuevos aborígenes
era necesario domesticar y explotar a los indios, la capacidad rapaz de
evangelizar por medio de la violencia fue lo primero que conoció el indígena
mexicano, brutalidad infame que impacto a un Fraile llamado: Bartolomé de las
Casas, en su manuscrito de “Apología” narra la violencia y barbarie cruda por la
cual el español somete a los indios, y aun así es capaz de hablarle de un Dios
de Amor, esto lleva a -De las Casas- a confrontar el evangelio con la filosofía
aristotélico-tomista, lo que dice Aristóteles de la ley natural que somete a
los barbaros a los pies de los “sabios” y la “caridad” empleada en el
evangelio. La verdad del evangelio es insostenible para los conquistadores
españoles, pues no podían someter a los indios con amor, tenían que someter a
la fuerza, desmembrando su voluntad, la violencia es insostenible desde el
evangelio y a lo cual acusa a los españoles de ser incluso más salvajes,
crueles e irracionales que de aquellos que ellos llaman barbaros, es más
justifica la defensa de los indios: “todo pueblo, por muy bárbaro que
sea, puede defenderse de los ataques de otro pueblo más civilizado que pretenda
subyugarlo o privarle de su libertad; es más, lícitamente puede castigar con la
muerte a tales personas más civilizadas como salvajes y crueles agresores
contra la ley natural. Tal guerra es más justa que aquella que, bajo pretexto
de superior cultura, se le hace”, Esta defensa causa gran
controversia en los conquistadores que querían violentar y subyugar, fundamenta
la conquista no desde el evangelio sino desde la filosofía, las intenciones de
los españoles no era construir una nueva civilización sino la plena
satisfacción de sus interés mezquinos y avaros, en efecto la filosofía de tipo
esclavista como lo es la aristotélica era fundamental.
Se crean
provisionalmente “las leyes de burgos”[3] sin embargo, chingar era imprescindible, es así,
como se empieza a justificar la conquista con Aristóteles y Santo Tomas de
Aquino: "Siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos
e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes,
poderosos y perfectos que ellos; dominación que les traería grandísimas
utilidades, siendo además cosa justa, por derecho natural, que la materia
obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al
hombre, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a lo perfecto, lo
peor a lo mejor, para bien universal de todas las cosas. Este es el orden
natural que la ley divina y eterna manda observar siempre. Y tal doctrina la
han confirmado no solamente con la autoridad de Aristóteles, a quien todos los
filósofos y teólogos más excelentes veneran como maestro de la justicia y de
las demás virtudes morales y como sagacísimo intérprete de la naturaleza y de
las leyes naturales, sino también con las palabras de Santo Tomás...” Chingar
se vuelve de lo más racional con las máximas autoridades filosóficas. Chingar
en México no fue una invención propia, fue impuesta, pedagógicamente tatuada en
los cuerpos de todos los nacidos en esta tierra. Se enseñó a someterse al más
fuerte y perfecto que –según-
son los europeos, a todo esto escribe Sepulveda: “La determinación de lo humano
no es otra cosa que la determinación del hombre occidental, erigido paradigma
absoluto de humanidad. Desde tal perspectiva, la evangelización será
necesariamente una empresa violenta que requerirá, como condición previa, la
destrucción de la identidad del otro”. Esta es la verdadera herencia legada por
Europa, destrucción de la voluntad y sometimiento a la fuerza racionalmente
sustentada, lo que comúnmente llamamos, gritamos, vivimos, sufrimos y
experimentamos: Chingar.
El dinero como motivo para
chingar
La más
grande infelicidad es tener todo lo que el mundo ofrece con promesas felicidad
y descubrir el más insulso de los abismos, al menos los pobres luchan por tener
cosas y en el transcurso en el que buscan obtener, la esperanza los alienta y
los mantiene vivos, miserables son aquellos que tienen todo y descubren que no
es nada.
El hombre
se mata así mismo por dinero, se prostituye, se vende, se ofrece, en el momento
en el que se dieron cuenta que el dinero ofrece comodidad y la humanidad ofrece
necesidad.
En el
momento en el que el hombre se rindió al poder del dinero lo propuso como dios,
y al parecer este dios es más efectivo que otros dioses, !este tiene el poder incluso
sobre las religiones!
La circunstancia actual mexicana
está repleta de una cosmovisión consumista, el hombre es un ser de
consumo, consumo luego existo, y si el hombre se define en su
capacidad de poseer, adquirir, comprar, el ser racional es tener. Ser y tener
amante dialéctica que encanta y maravilla al hombre posmoderno, lujos,
comodidad, confort, seguridad, placer, diversión, burguesía, son sinónimos de
nuestra era, la ausencia de sentido en cuanto ser humano se desvanece entre la
vanidad y la egolatría, el sentido a la vida recae en la satisfacción de tener,
pero se llega a un punto de que se tiene más de lo que se necesita y no se sabe
qué es bueno y qué es malo. La potencialidad racional del hombre se reduce a la
capacidad de hacer dinero, lo racional es de aquel que sabe hacer riqueza,
inventando, vendiendo, laborando, en efecto, la razón es de quien logra hacer
fortuna, ese hombre se admira, alaba, imita, idolatra, es modelo y paradigma de
nuestra sociedad, todos desean la comodidad, el lujo, presumir. El éxito en
México es el triunfo económico, la meta es lograr hacer el suficiente dinero
para vivir placenteramente, esta cosmovisión recae en todos los ámbitos
humanos, desde lo profano hasta lo santo, abarcando lo puro, lo sagrado, lo
hermoso, lo profesional, lo irreal o real, la piedad, el perdón, el amor, la
amistad, el matrimonio, la compasión, la hermandad, la política, la educación,
todos los ámbitos humanos recaen en conseguir dinero o comprar todo lo anterior
con dinero. Cuando el dinero entra en algún ámbito humano lo pervierte, lo
justo lo vuelve injusto, lo sagrado se torna profano, lo asqueroso se vuelve
bello, lo que mata se vuelve procurador de vida, lo idiota lo vuelve sabio, lo
malo lo vuelve bueno. Dinero capacidad predadora de todos los hombres y
divinidad que todos los hombres desean, seguridad incólume y sometedor de
hombres, todos los hombres lo buscan, se rinden ante él, lo adoran, tanto el
santo como el pecador, el ignorante como el inteligente, la mujer como el
hombre, lo jóvenes como los ancianos, el dinero vuelve a todos los hombres
siervos de él, Señor de su vida.
El dinero fue creado por los
hombres para servir en la vida del hombre, es el dinero el que sirve al hombre
y no el hombre le sirve al dinero, ¿En qué momento el hombre empezó a servirle?
hoy el hombre se estima menos que el dinero, trabaja para conseguir dinero, se
humilla, se vende, se alquila, se prostituye, se renta, vive y muere para el
dinero, ¿El dinero realmente tiene la culpa de que los hombres se maten por él?
El valor del dinero es el que reside en la capacidad de someter a todos los
hombres bajo su poder, aquel que lo posee tiene la admiración y respeto de todas
las personas, las virtudes no importan y mucho menos los valores, lo que
importa es la astucia, sagacidad y capacidad de hacer dinero, si se hace dinero
vendiendo, estafando, violando, traficando, matando, secuestrando, robando,
seduciendo, es bueno e incluso se estudia para procurarlo, existen
universidades en las que se estudia para saber chingar a los demás y
enriquecerse de su miseria, en fin, el dinero se convierte en persona, se
antropoformiza, se vuelve en un ente real al cual se le venera, como un
semidiós con poderes exorbitantes a lo cual el hombre se asombra y teme, el
criterio racional humano no es si me desarrollo personal y profesionalmente,
tampoco es si soy feliz, menos si puedo desarrollar mi capacidad de comprensión
de las cosas, ni formar una familia como un criterio humano y mucho menos si
existe una sensibilidad en las relaciones humanas, el criterio racional que nos
rige es la capacidad de recibir ganancias, independientemente de que sea bueno
o no, lo que importa es cuanto puedo enriquecerme haciendo tal o cual cosa, sea
santa o profana, sea trabajando o chantajeando, sea con esfuerzo o sin él, las
inversiones no benefician al pueblo beneficia al dinero, ya que él sigue
creciendo alimentándose del trabajo y explotación humana, mientras el dinero
sigue permaneciendo y procurando su estancia entre los humanos, mientras el
hombre muere trabajando buscando el dinero.
El sufrimiento humano es
infinito, siempre ha existido, los pobres, miserables, oprimidos, esclavizados,
asesinados están presentes en todas las etapas de la historia de la humanidad,
el umbral del dolor humano se elucubra cuando se logra valorar algo por encima
de la vida misma, en México y sobretodo en México las personas no
son vistas como tal, son ganado, servidumbre, monedas de cambio, cosas, son
objetos desechables e incluso reciclables, mercancías, productos, un inmenso
mercado de humanos, el dinero hace al mexicano chingarse, lo obliga, lo hace
ver como normal, “el que no tranza no avanza”, éste es su sistema, éste es su
mundo, en él vive, se mueve y es, por el dinero, con el dinero y en el dinero
el mexicano encuentra poderosas razones para devorarse, para matar, humillar,
golpear, vender, violar, engañar, someter, educar, agredir, sobajar,
traicionar, gobernar, perpetrar y ultrajar a sus semejantes, abunda la
corrupción, es decir los valores aquí no cuentan, el soborno es una manera de
demostrar que aquí lo que cuenta es el dinero, insensibilidad ante los más
miserables y pobres, la humillación y vergüenza a las clases indígenas, el
secuestro es manifestación de que las personas valen por su dinero, la traición
es una epifanía de que lo que cuenta no es el pueblo sino los intereses
económicos de los inversionistas, la trata de blancas y pedofilia
fundamentación real de nuestro país en la cual la dignidad de la mujer y de los
niños no importa, abuso de las necesidades de las clases pobres para mantener
la hegemonía política y social, el fomento de vicios como las drogas tanto
licitas como ilícitas, la venta de drogas no deja pauta ni respeta la vida de
las personas, el rapto para la extracción de órganos en donde los niños y
jóvenes son los principales objetivos de los traficantes de órganos, en el
momento que le pusieron precio a los órganos condenaron a los más pobres para
ser objeto de venta, la prostitución como objetivación de la sexualidad como
productora de riqueza, los salarios de hambre en donde las industrias tanto
nacionales como extranjeras se aprovechan y esclavizan a las clases más
vulnerables, es decir, los valores en México son una utopía, no existen
aquí, la vida humana no cuenta, ni su capacidad de sufrir ni su capacidad de
llorar, la dignidad y el respeto por ser personas es una estupidez, lo que
cuenta y es real es el dinero, este si es lo que da la vida, la verdadera vida,
es la verdad, es el ser, es la realidad, es el ser de la humanidad.
Donde hay poder hay disputas, hay
conflicto, hay competencia, es la lógica del poder, el dinero símbolo de poder
sobre el humano, ese poder que apunta al dominio de toda la humanidad, el dios
de nuestros días, el soberano señor del hombre, en esta racionalidad cerrada
que no da pauta a escuchar las voces del que sufre, se vuelve la tiranía más
radical, el hombre de nuestros días no busca un desarrollo humano, busca dinero
para asegurar la vida. El hombre es un ser
de miserias que busca saciar y estas miserias humanas son tan evidentes que
difícilmente se pueden disfrazar, el hombre busca tener seguridad y control, eso
se traduce como poder, ese control y seguridad en este mundo se traduce en
dinero. El hombre busca el dinero por tres razones: primero el dinero es
portador de todas las seguridades en este mundo terrenal, segundo el afecto, el
sentirse querido para ser recordado y amado por lo hombres, es decir, soy amado
luego existo, mientras más soy amado me encuentro vivo, y tercero: querer ser y
tener, el reconocimiento y aceptación de los otros. No existe vida sin dinero
como tampoco la felicidad. El dinero es el motivo principal para chingarse unos
a otros.
Malinchismo sentimiento de
inferioridad
El malinchista lo educaron para que denigrara a su gente, tuviera asco y repulsión por los suyos, para querer copiar de manera mediocre un modelo que jamas podrá cumplir, porque éste modelo desde un principio lo odio.
¡malinchista, cuanto amas y admiras a unas culturas que quisieran que te murieras!
La idea del malinchismo es ver con admiración otras culturas, despreciando su realidad, para que nunca intentara cambiarla.
Un
síntoma propio de los mexicanos es ver el extranjero como una tierra mejor que
la propia, síntoma de repulsión y no aceptación de sí mismo, síntoma plagado en
las clases pobres que es descomunal en México, es el único país en el cual casi
toda su gente es pobre contra 11 millonarios, cerca de 53 millones en pobreza
extrema ¿será que esta realidad económica hace que el mexicano vea siempre con
buenos ojos el extranjero? No es anormal ver y escuchar decir a los mexicanos
el anhelo de vivir, visitar, estudiar y trabajar en otros países, la mejor
calidad de vida, la razón, la belleza, la calidad económica, la innovación, la
tecnología, la ciencia, la libertad, las oportunidades laborales están ausentes
de México, esta ausencia aunado a una psicología reprimida marca a todo una
nación, las malas administraciones, los atropellos, las estafas, la corrupción
es el pan de cada día del mexicano intentando defenderse del mismo mexicano,
los sueños y anhelos está en otra tierra, en otro país, en otro cielo, en efecto
¿un malinchista es aquel que se desprecia, desprecia a su raza, a su tierra, a
su cultura? Pero ¿Por qué? ¿Será que el malinchismo es una manera de huir de la
realidad, la amargura del defenderse de todos hace que el mexicano busque de
manera precipitada en la imaginación un lugar lejano la felicidad? La gran
riqueza natural y la gran pobreza humana abunda en México, los gobiernos
mexicanos no sólo han oprimido al pueblo sino que lo han callado, crímenes,
asesinos, ladrones, genocidas, desgraciados, albergan al gobierno mexicano, que
nunca se olvide que el mexicano nació para ser libre pero la miseria y pobreza
abundo y carcomió su vida, los vencidos están ahora por ser vengados, porque
sus lamentos no pueden ser acallados, ni ahogados en la riqueza cínica de los
más malditos. En pleno S. XXI el malinchismo es una peste como un cáncer hace
tumores y deben ser extraídos, de la misma manera debe ser cercenada la parte
del cuerpo enfermo, así el malinchismo abunda como un fantasma que atormenta a
cada mexicano ante el encuentro de un extranjero, el extranjero no tiene la
culpa, el mexicano se ve atormentado ante una inferioridad psicológica, la raíz
del malinchismo es la pobreza, ante la pobreza se anhela la riqueza, no sólo
pobreza económica sino educativa, intelectual, cultural, los pobres anhelan ser
ricos, y ante el paradigma de familia extranjera, prototipo ideal de
perfección, con sus rasgos físicos, sus trabajos, sus tareas e incluso el
dilema de sus problemas es apetecible, de las mismas campañas comerciales en
México. La educación en México enseña que todo lo que llamamos cultura, el
lenguaje, la ciencia, los ideales, la política, el arte, la música, la
religión, los valores vienen del extranjero, se enseña a doblegarse ante el
extranjero, a idolatrarlo, admirarlo, amarlo, y al mexicano a despreciarlo,
desplazarlo, en efecto, de la misma manera que el niño imita a los padres, así
el mexicano imita a esta pedagogía milenaria, del no se puede, del
pesimismo, del fracaso, de la frustración, y busca ser más extranjero y
menos mexicano desplazando su cultura por la del extranjero.
El
conquistador ha dicho que el mexicano es un pseudohombre, infrahumano,
menos que un perro, ese linaje histórico que viene marcado porque el mexicano
fue tan ingenuo que lo creyó, y en el momento de creerlo se denigro, acepto su
inhumanidad y busco tener, y si no podía tener, al menos copiar al extranjero,
en estos tiempos del 2014 la vida viene marcada por el mismo sentimiento, la
pobreza está a flor de piel, las injusticias son innumerables, los extranjeros
aquí son cuidados, respetados y liberados ci hacen crímenes en México, sin
embargo el mexicano en el extranjero es sentenciado a muerte, sepultado en
fosas clandestinas, traficado, amenazado, extorsionado, sometido, se le imponen
los atropellos dejándolo impotente ante un sistema que lo chinga, el
malinchismo en nuestros días no es una traición, desprecio o repugnación es un
escaparate, una ilusión, un sueño, una ficción, un olvido en donde nadie nos
puede arrebatar nada, en nuestra propia imaginación.
El
malinchismo como una manifestación utópica de lo que quisiéramos que fuera,
como una válvula de escape, como una idealización de la vida mexicana, “Vida
digna”, al querer ser algo que no se es, se desprecia lo que se tiene, se denigra
lo que se aprecia, se estima por debajo de lo menos lo que podemos ver, al
esmerarse por vivir una mentira se mira con malos ojos la verdad, todo lo
nacional parece repugnante: la vida, las raíces étnicas, raciales, físicas,
autóctonas, indígenas, se tiene una psicología a la defensiva: <<yo no
soy mexicano y nada de lo que él es>> se anhela la lengua del extranjero,
la moda, la música, el físico, la comida, la tecnología, la arquitectura, el
malinchista vive imaginariamente una realidad ficticia, negando lo que es y
oprimiendo lo que tiene, adorando lo que no tiene y profanando su realidad. El
malinchista ve a su tierra como una cárcel y lo de afuera como la libertad,
niega pensar porque copia, niega creer porque no tiene fe en lo que posee,
niega vivir porque muere en algo que no tiene, niega ser porque adora el
no-ser, niega reír porque vive en el envidiar, niega cambiar porque no tiene
personalidad, niega ver porque en la oscuridad logra ser lo que realmente
quiere ser, niega a su gente porque ama a aquellos que lo desprecian, niega la
ayuda porque del extranjero sólo ha recibido rechazo, niega progresar porque el
extranjero todo lo ha obtenido robando, niega la realidad porque la realidad
que tiene nunca le ha gustado, ¡malinchista cuando te darás cuenta que lo
que tanto adoras te odia tanto hasta querer aniquilar tu personalidad, tu
historia, tu gusto, tu fe, tu raza, tu cultura, en fin, tu vida!
Tres
razones hacen al malinchista: El encanto de lo extranjero, el deseo de
felicidad y el menosprecio de sí mismo impregnado en toda su cultura. La primer
razón se encuentra en la fe en tierra extranjera, no deja de sorprenderle,
porque es en el encanto que pude proyectar la imaginación, experimenta la
miseria y la angustia, expuesto a todo tipo de ataque con la incertidumbre del
mañana; la segunda es más cruel, la imposibilidad de ser feliz en México, un
gobierno que traiciona, vende, abandona y limita en la más cruel impotencia y
amargura de no poder ser ni libre ni bueno ni feliz; la tercera es la fuente
diaria de la que bebe el mexicano, desde las más tiernas palabras de la
infancia se ve valuado, comparado, medido y ponderado a los ojos de una
sociedad anárquica a sí misma, como una madre que desprecia a su hijo, lo
envuelve con injurias, lo mira con desprecio y lo enseña a limitarse, a mirar
al suelo, le dice que no es nada comparado con otros, otros si triunfan tú no,
otros son buenos tú no, otros ríen tú no, otros son bellos tú no, otros si son
felices tú no, otros viven en paz tú no, otros viven sin violencia tú no, otros
llegan a alcanzar su sueños tú no, otros conocen el amor tú no, otros logran
ser aceptados tú no, otros pueden ser libres tú no, otros llegan a ser doctos
tú no, otros conocen el éxito tú no, otros llegarán a ser buenos hombres tú no,
ve a tu alrededor, sólo se ve: pobreza, miseria, ignorancia, vicios, flojos,
irresponsables, esclavos, oprimidos, envidias, todos defendiéndose de todos,
todos intentando chingar a todos. El malinchismo y su actitud
despreciable ante sus semejantes es el cáncer de México, desde su
presidente que vende a su pueblo hasta el pueblo que denigra al indígena. Es la
imposibilidad de progreso.
Los
indígenas son la repulsión de un pueblo malinchista, el rezago de la porquería,
el indígena es el despreciado de un sistema mutilado, el olvidado, despreciado,
el marginado, nadie soporta ver al vencido, al perdedor, son los perros de una
mentalidad que se autoflagela pensando que no es nada, el pueblo mexicano
empieza a resentir su inferioridad cuando llegan extranjeros a mandar y
explotar su tierra, es decir, al invitar a inversionistas extranjeros a comprar
parte del país para darle de comer, trabajo y enseñarle a las masas mexicanas,
relegar responsabilidades a quien siente odio y repulsión por una raza
aminorada, siempre la propiedad extranjera en industrias, cualesquiera que sean
los beneficios, disminuye la autonomía y el orgullo nacional, malinchismo
mentalidad de mediocres entre los mediocres y la ignorancia total del valor de
ser humano.
Existe algo más
que la felicidad
Me canse de buscar y esperar la felicidad, he
decidido ser feliz auténticamente, no por lo que me dicen o por lo que me
proponen sino porque he
descubierto que soy feliz cuando hago feliz a los que más amo.
Extraño la comodidad de la ignorancia, como si
fuera hoy algo indispensable para vivir y ser feliz.
Me han dado a probar la felicidad fugaz de los
placeres y la vanidad, y he encontrado sufrimiento, he probado la felicidad en
la religión y encuentro hipocresía, la única pregunta que me hago es: ¿existe
la felicidad o es una utopía? Y tengo miedo de encontrarla y aún así no ser
feliz.
Tres preguntas me quedan por resolver ¿que vale la pena pensar? ¿que vale la pena desear? pero sobretodo ¿que es lo que más vale en esta vida?
La búsqueda de
felicidad como finalidad de la acciones humanas, como pináculo ultimo y
paradigma universal de la vida es pensado desde lo griegos, sobretodo Aristóteles
define que es el anhelo y aspiración más grande que puede tener el hombre. El
fin de todos los actos humanos es el ser feliz, es el buen ángel (eudaimonia), el ángel que
salva al hombre de ser una bestia según Aristóteles. El ethos es el daimonia
del antropos, la ética es el ángel del hombre, esta idea es “logocentrista” es
decir, es idea helénica, griega, occidental, pero el logocentrismo ha
claudicado, ya no es vigente, ha sido destronado, ya no sirve, la felicidad
como finalidad del actuar humano ha demostrado tantas catástrofes en nombre de
ser feliz, la búsqueda de felicidad en el hombre refleja egoísmo, avaricia,
envidia, muerte, asesinatos, robo, mentira, es desde este punto que se debe
replantear un nuevo paradigma racional y emocional. La búsqueda de felicidad se
lanza como un sistema depredador, como un asesino maldito en busca de placer,
consumir, ahogarse en la vanidad y miseria de una felicidad anárquica y
repelente del ser humano y de sí mismo, felicidad narcisista que no cabe ni siquiera
un Yo, felicidad hasta destruirse, felicidad hasta morir, felicidad hasta
aniquilarse, felicidad maldita, pervertida y morbosa, en nombre de la felicidad
las más grandes aberraciones y crimines son ejecutados.
El ethos, la
ética es la base racional del hombre, la bondad que salva al hombre de la
bestialidad, el despertar racional no está marcado por la admiración sino por
el miedo, miedo a sufrir, a llorar, al dolor, a la criminalidad del mal hombre,
a la muerte, esta pulsa el despertar racional, el hombre piensa ante la muerte,
ante el no-ser, le aterra, temor y temblor ahogan toda su vida, no soporta la
incertidumbre y amenaza de la muerte, la razón huye naturalmente de la muerte,
del no-ser, del dolor, del sufrimiento, de la miseria, de la esclavitud, es
normal ni sorprendente que Aristóteles haya proclamado a la felicidad como fin
de la humanidad, la felicidad como huir, negación e incluso olvido de todo el
mal, pero para procurar este fin del sufrimiento otros tienen que sufrir por
ti, para ser feliz otros tienen que pagar lo que el amante de la felicidad
desea no padecer, es decir, la felicidad es la ausencia total o parcial de todo
mal, problema, preocupación, guerra, sufrimiento o muerte, el alejamiento u
olvido de toda privación de gozo, placer, alegría, risas, paz, tranquilidad,
seguridad, control, manipulación, en nombre de la felicidad se chinga a cuanto
se deje.
La felicidad
como un alejamiento total y la negación real o ficticia, definitiva o parcial
de sufrir, un estado en donde no haya sufrimiento de ningún tipo, en efecto, la
felicidad occidental es personal. Kant ya no se pregunta ¿Qué es la felicidad?
Como Aristóteles sino se pregunta ¿Cómo hacerte digno de felicidad? Esta
dignidad del hombre feliz se logra según Kant por la buena voluntad, es decir,
la sensibilidad mínima por la vida, una sensibilidad tal que logre descubrir
que no es el único que sufre que hay otros, pero se da cuenta que la buena
voluntad humana a veces se pervierte, se desvirtúa. El hombre quiere hacer su
voluntad y que todas las cosas sean como él quiere: la vida, el mundo y las
personas. En efecto, el hombre crea un mundo suyo, busca la vida y acepta sólo
a las personas que concuerden con su pensamiento. Una sociedad que ya está
pensada, delimita lo bueno y lo malo, lo feliz y lo infeliz. La moral como
actividad humana es una idealización de una voluntad, si esta voluntad es buena
o es mala no lo sabemos, sólo sabemos que ya está ahí, ser feliz para Kant es
la voluntad de querer serlo.
El pensamiento
agota las referencias racionales para entender la felicidad como una violencia
radical de querer ser. Agustín de Hipona replantea la pregunta ¿Cuál es la
verdadera felicidad? Se da cuenta de algo, la felicidad se relativiza en una
pluralidad infinita de pensamientos, en efecto explica “lo que hace feliz al
hombre no procede del hombre, sino que está por encima del hombre” es decir,
Dios, pero ¿Cómo saber que Dios está conmigo y puedo ser feliz? La presencia de
Dios en el hombre se da en el amor al prójimo, de ahí saca su más famosa
máxima: “ama y haz lo que quieras” donde hay amor esta la presencia de Dios, el
espíritu divino que baja en el hombre en la ayuda misericordiosa al otro,
lograr la trascendencia humana a través de la convivencia humana. Agustín de
Hipona logra comprender que Dios es sinónimo de Amor, nadie, ningún hombre
puede decirse cristiano si antes no se siente amado y comparte este amor. A lo
que Maurice Blondel 16 siglos después escribe: he comprendido que para entender
a Dios no hay que quebrarse la cabeza sino romperse el corazón, aquel que ama
aun sin conocer a Dios ya tiene la presencia divina en él.
A la pregunta
principal ¿existe algo más que la felicidad? La respuesta es sí, la felicidad
es secundaria y ni siquiera primordial, la felicidad es la bandera del
homicida, suicida, egoísta, ególatra, mentiroso. La grandeza del hombre no
radica en la capacidad racional sino la capacidad amorosa, es lo que decía
Pascal es una caña pensante, humano es polvo, tierra, lo bajo, lo débil, pero
su grandeza es el amor, aquel hombre que no ama niega su humanidad, el amor
descrebaja al hombre, lo despedaza, lo rompe para dar paso a la negación total
de sí mismo, lo convierte lo destruye para transformarlo, lo desbarata para dar
un nuevo comienzo, aquel hombre que se siente amado y ama encuentra el
verdadero sentido de la existencia humana ¿Cuál es el fin del hombre? ¿A qué
viene el hombre a este mundo? A ser amado y a disfrutar del amor, El amor
siempre se muestra controversial e incluso incomprensible, porque arriesga,
confía, no es prudente pero sobre todo no tiene miedo, a sacrificar, a
perdonar, a ser traicionado, a ser el malo, a ser el culpable, a ser injuriado,
a ser el imbécil, a perder todo, a arriesgar todo por un instante, no tiene
miedo a no ser feliz incluso a morir.
Aquel que ama
renuncia ser feliz, porque busca el bien de otro y no el suyo, sólo él es el
verdadero bien y aquel que lo logra desplazar de su vida, nada en la naturaleza
es capaz de reemplazarlo, y desde que pierde este bien, todo puede parecerle
bueno hasta matarse o matar, no sabe en qué puesto ubicarse, evidentemente está
perdido y no puede volver a encontrarse, busca en todas partes con inquietud y
sólo encuentra tinieblas impenetrables. El único sentido es estar en él y el
único mal es estar fuera de él, nuestro encuentro con lo otro nos obliga a amar
pero nuestra naturaleza egoísta nos aparta de él, tal parece que estamos llenos
de injusticia.
El hombre busca
lo que le conviene y la sociedad humana se construye a base de mentiras, pero
cuando se habla con la verdad los oídos se hacen sordos, los ojos se hacen
ciegos y la boca se hace muda, tal parece que se ama la mentira, no esperen ni
verdad ni consuelo de los hombres, es el amor, el verdadero dialogo humano, fuera
de él sólo hay inmundicia, jamás he entendido el amor como algo sentimental o
cursi, sino como la manifestación real de ver la más cruda y radical verdad, y
aun así encontrar fuerzas sobrehumanas de olvidar el bienestar propio y buscar
un bienestar común. El amor es el verdadero ideal humano en donde exista la
igualdad, dialogo, comprensión, justicia fuera de él, cada quien justifica sus
actos, no hay felicidad fuera del amor, existe el placer, la satisfacción, el
deleite, la seguridad. El amar implica sacrificio, y el sacrificio aguarda una
esperanza, no puede existir amor sin sacrificio ni sacrificio sin
esperanza, el dolor no aniquila el amor lo fomenta y el sufrimiento no lo
elimina lo potencializa, sacrificio implica la esperanza de vida, ya no la mía
porque me muero, pero si la del otro, larga vida como herencia de amor, nuestra
lucha es por la vida y nadie espera una vida estéril, sin sentido ni razón, una
vida en muerte. El Sufrimiento, no como una miseria o temor humano,
que aleja al hombre de los demás y lo obliga a buscarse en todos sus actos,
como un psicópata que busca saciar su apetencia de placer en ver morir, sino
como una potencialidad de vida que vence el miedo a la muerte, el sufrimiento
vence el miedo, el alejamiento de él lo hace más grande, el enfrentamiento con
él lo vence, pero no estoy sólo en esta lucha, están los otros conmigo y yo con
ellos. Larga y buena vida es la herencia del amor.
El amor pero no
como sentimentalismo sino como sensibilidad y apertura a la felicidad del otro,
no de un Yo sino de un Nosotros, ese es la verdadera intencionalidad y
finalidad del actuar, no como utopía sino como realización real de la vida
humana, es el ángel de la humanidad, todos los valores giran en la disposición
y reconocimiento del otro, no estoy yo solo hay otro junto a mí, no sólo yo
sufro existe otro que sufre conmigo, junto a mí. La presencia de divinidad en
el humano, hace una invitación a sufrir, el hombre ya no buscara su felicidad
sino que se pondrá al servicio del otro. El que no acepte amar, no acepta ser
humano, no acepta sufrir, y en este proceso se hace egoísta y soberbio, amante
de la muerte del otro, en un estado perpetuo de insatisfacción, un morfilico,
un amante de la muerte.
¿La Religión
Chinga?
¡Que
dejen de llamarse cristianos, aquellos que actúan como si no lo fueran!
Habrá días en los que querrán escuchar la
palabra de Dios,
Y nadie la proclamará, querrán escuchar acerca
de Dios
y las bocas quedarán mudas.
Dios es
tan bueno que incluso deja que se hable mal de Él.
El único ateo en México es el demonio, pero incluso el sabe que Dios existe.
Preguntarse si
la religión en México chinga es algo que para los creyentes puede lastimar,
pero como decía Nietzsche: cuanta dosis de verdad el hombre puede soportar, la
pregunta por si una institución y sobretodo la católica ha utilizado el poder
de la administración de las conciencias para sacar provecho propio, y si lo
hace ¿Por qué? ¿Qué gana con chingar a un pueblo minorizado? Y si lo ha
hecho ¿lo ha hecho por dinero, por poder, por miedo? El evangelio ha venido a
México con la biblia en una mano y la espada en la otra, ha sido una religión
impuesta que ha servido para justificar la riqueza mercenaria de un
conquistador. El evangelio que esta impregnando de amor por todas partes el
mexicano jamás lo ha visto, este amor del cual dios habla nunca se supo si paso
por tierra mexicana, si la religión en México hubiese sido efectiva; la
idiosincrasia y los ideales serian diferentes, la fraternidad, el amor, la
justicia y la solidaridad hubieran sido efectivas, la pregunta sería ¿le
religión verdaderamente libera u oprime más? Sobre todo en México ¿Qué pasa con
la religión en México? La circunstancia actual es que la iglesia tiene el
evangelio y su palabra, pero como institución se comporta como una burocracia
corrupta, manipula la palabra y la corrompe, con la intención de controlar,
manipular y mantener hegemonía, el ateísmo sobretodo en México jamás ha sido
por criticar el evangelio sino el pedante y pésimo testimonio de los que
incorporan la iglesia, sus aberraciones, sus injusticias, perversiones, avaricias
y vicios han llevado al pueblo al odio y escepticismo de la iglesia. En México
el único ateo es el demonio, pero incluso él sabe que Dios existe, según la
iglesia está conformada por todos, echando en cara que el ejemplo le compete a
todos, es decir, que los ojos del mundo ya no estén en los administradores de
la iglesia sino en quienes la conforman. En México la iglesia ha sido cómplice
de todas las injusticias hechas a este pueblo desde que toco tierra mexicana,
sus filas de clérigos están llenas no sólo de pecadores sino de criminales que
han abusado de su poder: pedófilos, ladrones, homosexuales, violadores,
asesinos, estafadores, la iglesia católica jamás ha sido perseguida por
el evangelio antes bien, ha sido víctima de sus propias injusticias, sus palabras
no liberan, sus labios están llenos de mentiras, domestican al pueblo para
luego manipularlo, anuncian una liberación con las promesas de felicidad y la
vida eterna, pero juegan y amenazan con las mismas, los ataques psicológicos
son muy drásticos que imposibilitan las fuerzas humanas de cambio, niegan las
virtudes humanas y enfatizan los vicios, consideran al hombre malo y
desgraciado para luego consolarlo con el anuncio de amor de Dios, Por eso Marx
considera a la religión como el opio del pueblo, exigen un
cambio Metanoia, económico, que según es la muestra de una
verdadera conversión, y piden la aceptación de las injusticias como muestra de
purificación.
Amenaza y
chantaje son dos cosas que el coloquio institucional del evangelio sabe
utilizar muy bien, la sentencia de que lo único bueno que puede salir
del hombre es mal y es sólo por Dios que del hombre puede salir algo bueno,
es un ataque psicológico tremendo, dejando a la postre cualquier intento o
fuerza humana, dejando al hombre en una inutilidad abismal, convenciéndolo de
que todo intento humano es inútil, inservible, que es Dios el que debe hacer
las cosas por el hombre, la radicalidad de esta sentencia es manipuladora, todo
acto humano es malvado, nada puede hacer bien, todos sus actos son malignos, lo
único que queda es orar y esperar a que Dios haga las cosas por él, la negación
antropológica y el pesimismo sobre la condición humana son las armas
potencializadoras del discurso católico, limita la vida del mexicano y suprime
su potencialidad creadora. Invita a la aceptación de las circunstancias por
miserables que sean, exhorta a no cambiar a someterse y aceptar la vida así
como le haya tocado, lo invita a no defenderse a resignarse, a abrazar lo que
Dios en su infinito amor le ha destinado: ignorancia, dejadez, pobreza,
miseria, vicios, en realidad no libera, esclaviza a las personas, les invita a
ser mediocres a conformarse, dictamina que la felicidad no proviene ni del
estudio, del trabajo, de la riqueza, sino de la real aceptación de la condición
humana así como le haya tocado. México no crece y conspirador de esto es la
iglesia, el evangelio de amor al prójimo no está por ningún lado, sus
representantes les encanta rodearse de las elites ricas, sus fieles feligreses
aprenden de ella a chingarse, ella también los ha chingado, y se acepta que
si incluso el sistema divino Chinga qué se puede esperar del sistema humano.
La iglesia no ha servido más que para chingar, si hubiese servido en más de 500
años que lleva en esta tierra la convivencia mexicana sería distinta, habría
justicia, habría verdad, libertad, amor y sobretodo testimonio, testimonio de
que la iglesia vive para liberar, exorcizar, enseñar, dirigir al hombre en la
verdad, pero no con el discurso que se platea en las iglesias mexicanas.
El que obedece
nunca se equivoca, el sometimiento a voluntades que
se guían por el interés económico y político es sublime, no busca liberar
mandando, sino someter obedeciendo, se cierra a todo dialogo, cuando se le
penaliza no lo reconoce y siglos después pide perdón, coerciona la libertad y
construye una heteronomía arrasadora sometiendo a inmensidad de personas ¿tanto
poder no llegara a corromper, tener a tantas voluntades sometidas en tus manos
no llegara a pervertir incluso al más santo? Hay que dar razones de nuestra Fe,
exige San Pedro, pero las razones en México han sido insuficientes, un México
que no tiene valores, que no es libre (y no me refiero a una libertad económica
como la teología de la liberación, sino libre de vicios, de adicciones, de
males, odios, injurias, asesinatos, etc.,), que su gente se ahoga en la miseria
e ignorancia, que ni siquiera reconoce su dignidad divina, Cristianos que matan
a cristianos, cristianos que golpean y violan a cristianas, cristianos
que roban a cristianos, cristianos que mienten, injurian, perjudican,
atropellan, abusan, de cristianos, es decir, cristianos que chingan a
cristianos, incluso las sectas que se introducen a este país ven el porvenir
económico y la manera de chingar. En algo si es bueno el mexicano en imitar, y
logra imitar a la perfección lo que la iglesia le ha inculcado, ser arrastrado,
anhelar las amistades ricas y poderosas, mentir con buenas palabras y buenos
ideales para beneficio propio, tener una buena apariencia aunque por dentro se esté
podrido, y chingar prudentemente, es decir, no ser tan descarado ni ser tan
tímido a la hora de pedir, en otras palabras: Chingar santamente.
La iglesia lo
que ha demostrado de manera evidente: es que ama el dinero, lo ama con
locura, también se prostituye ante él, se deja penetrar por homicidas,
bandidos, explotadores, mercenarios, vende patrias, adúlteros, rateros,
mentirosos y violadores siempre y cuando tengan la tarifa exacta que pide la
iglesia como buena ramera, anuncia el desprendimiento de los bienes para los
más pobres y para la iglesia, ha demostrado ser tan humana y terrenal, que
anhela y desea lo mismo que la gente pagana y pecadora, se mueve por interés,
busca aliados poderosos para seguir manteniendo una hegemonía social, política
y económica, su buena noticia es sospechosa, ponen losas insoportables en las
espaldas de los más débiles y ellos ni siquiera quieren mover un solo dedo,
busca participar de las ceremonias de elite social y se engrandecen con sus
conocidos ricos, un neofariseísmo se vive actualmente dentro de la
iglesia. Sus normas morales son inservibles porque ni siquiera ellos las
llevan en práctica, saben lo que se debe hacer pero no lo hacen, se justifican
y luego piden perdón. Corrompen la fe del más pequeño para buscarse enemigos
que los persiguen no por denunciar las iniquidades y anunciar el evangelio sino
por venganza. El evangelio en México se pone en duda, si se tiene dinero las
puertas de la iglesia están abiertas y sus muchos pecados son perdonados. Es
decir, el ideal de ser perseguido y odiado por el mundo no lo ha conseguido,
porque ama el mundo y persigue a quien le recrimina sus males. La
iglesia si ha sido perseguida y señalada no ha sido por anunciar el evangelio,
o por su santidad y verdad que incomoda al mundo sino por sus crímenes, malos
tratos y pésimo testimonio. La iglesia tiene que reconocer que es humana y
que tiene la verdad, pero que esa verdad ni siquiera ella la soporta.
La situación
real de la iglesia se ha tornado insoportable: violan niños, los seminarios son
jaulas de homosexuales, la avaricia y codicia invade siempre que hay dinero
dentro de sus arcas, se ha tornado una iglesia hipócrita que se reviste de
blanco, pero por dentro apesta y se pudre, ¿Por qué busca someter y oprimir a
las masas mexicanas? La situación en México se vuelve cada vez más predadora y
cruel, a lo cual la iglesia opta por apoyar a los ricos y poderosos y someter a
los pobres y vulnerables, la iglesia si ha enseñado a chingar y no ha hecho
gran diferencia en la vida mexicana, al contrario la hunde más, no ha buscado
liberar sino manipular el evangelio de tal manera que se le conceda el
sometimiento de toda voluntad y conciencia mexicana, con la intención no de
guiar, enseñar, prosperar sino de mantener un estatus social estable, es decir,
asegura su existencia en la comunidad humana mexicana, no enseña el amor a la
verdad entre los habitantes mexicanos pues su testimonio es mentiroso, no
enseña la caridad hacia los demás pues exige y no se tienta el corazón a la
hora de pedir, no enseña una sexualidad cristiana y saludable, pues, ante sus
palabras su ejemplo le precede, no enseña el amor al prójimo pues su
indiferencia ante el más pobre y débil y su preferencia ante el peculado y
petulante es innegable, no enseñan la honestidad y el trabajo horrado, pues
ellos viven de la feligresía, no enseñan a hablar sincero y sin miedo pues su
persona oculta males graves, no enseñan la servicialidad y la atención, la
aptitud paciente y tolerante antes bien la violenta y colérica, es cierto que
no son todos, que existen algunos santos, pero que incluso los santos veían con
coraje y vergüenza su verdad, creo que México está hambriento de una verdadera
religión de hombres valientes llenos del espíritu divino y sin miedo a la hora
de hablar con la verdad, creo que la religión es la verdadera salvación humana,
y no sólo humana sino mexicana, creo que el evangelio de Jesucristo no es
estéril, al contrario es muy fecundo y creo que el mejor predicador no es el
que habla más sino el que acoge la palabra del evangelio, la medita pero
sobretodo la aplica en su vida y la pone en práctica, es en esa medida que el
mexicano vera una luz en medio de todo una turba de tinieblas, no se necesitan
fanáticos religiosos que dejen hijos, esposas, familia, bienes, ministerio y
prediquen, antes bien, desde su familia, trabajo, hijos, den testimonio vivo de
que el evangelio es verdadero, es palabra que se ha hecho carne en su vida,
sobretodo México esta hambreado de verdaderos cristianos que prediquen no en
las plazas y con palabras, sino desde su hogar y con hechos, una fe sin obras
es una fe estéril, decir “Creo” es decir “Actúo”.
Amor a la
mexicana
El amor no se niega, el odio se entrega.
Nadie elige amar, es el Amor el que te elige
antes de experimentarlo,
el amor precede a la bondad, es la presencia de
divinidad en nuestra humanidad.
Soy amado luego existo.
Al hombre se le ama no por lo que ha sido, sino
por el simple hecho de ser hombre.
¿Cómo ve el amor
el mexicano? ¿Puede amar en medio de un mundo en el cual todos se comen unos a
otros? ¿La mujer mexicana puede ser amada o está destinada como la malinche a
ser chingada? ¿El amor en México es real o una simulación voraz de tener el
placer sexual? La concepción del amor para el mexicano se torna múltiple por
las diferentes concepciones heredadas, los estratos sociales estructuran una
manera peculiar de entender el amor y los papeles que juegan las mujeres como
los varones, el rol que llevan cada uno de ellos y las características para la
seducción y el erotismo, a veces parece que el drama de la seducción sólo tiene
una finalidad: la intimidad sexual, la mujer ejerce las reglas del juego y es
ella la que decide hasta cuando se termina, hasta cuando el varón se ha
desgastado lo suficiente para permitirle probar sus caricias y dejarlo entrar
en los aposentos del amor, la realidad es que tenemos gran cantidad de abortos,
madres solteras y a temprana edad, adulterios, incestos, infidelidades, divorcios,
concubinatos, prostitución, pedofilia, un despertar sexual muy precoz, muchas
mujeres solas y frustradas que han visto la realidad del juego del amor en
México y lo han aceptado, disfrutan el tiempo que pueden estar con un varón
para luego aceptar que se tiene que ir, las mujeres en México piensan que los
hombres son “perros” (categorización antropológica de un varón infiel por
naturaleza), la mujer siempre engañada, frustrada, la mujer sufre por ser amada
y el hombre sufre por satisfacer su ego. En efecto, el amor en México tiene
amplias vertientes que incluso a veces se desvirtúa, es muy común oír hablar que
la mujer tiene las de perder, porque el hombre penetra y huye, sin embrago
la mujer se queda embarazada de un ser, que el varón no deseo ni se hará
responsable. La mujer mexicana toma conciencia del papel que tiene ante el
varón, lo acepta y juega con él, sin embargo, la mujer mexicana del siglo XXI
se ha liberado de los estereotipos arcanos del rol de la mujer ante el
matrimonio, el sexo, el amor. La mujer dedicada a la casa y a las labores
domésticas ha claudicado, sometida ante el yugo de un varón y dependiente de un
salario proveedor masculino ya no es sustentable, la mujer mexicana ha
evolucionado ante varias críticas sociales, morales y culturales se ha
impuesto, la idea de que el hombre era mujeriego y la mujer debía ser virgen
para ser tomada en cuenta va decayendo, la mujer mexicana de hoy se torna
anárquica a los antiguos estereotipos, se divierte, trabaja, también tiene
varias relaciones amorosas, juega y aprende de ellas, ya no depende del todo
del varón, se muestra seductora y tentadora, demuestra que está a la par del
varón, algunas veces con altivez y desmesura, ha tomado su papel muy
emancipador, ahora ya no es el varón que seduce y se aprovecha de una mujer,
ahora también es la mujer que seduce y se aprovecha de su víctima, sin embargo
la mujer ingenua cae en el libertinaje, las injurias y críticas de la moral
mexicana, la mujer sensata sale bien librada de las malas lenguas, chismes o
falsos testimonios, cuida su imagen y su presentación, es decir, la mujer ya no
depende de la iniciativa de los varones, por eso el amor se ha vuelto una lucha
de egos, una guerra de estrategias para ver quien seduce a quien, quien enamora
a quien, y el que se enamora pierde, cae a las expectativas y demandas del
otro, cada cual utiliza sus mejores armas: la belleza física, la elocuencia al
hablar (verbo), la exaltación de atributos corporales, la imagen de poseedor de
riqueza, etc., el amor en México se ha tornado sospechoso, se deja de creer en
el matrimonio y vivir feliz para siempre, se aguarda cierta espera del fracaso,
de alguna infidelidad, mentira, divorcio. Aun así, el amor como proyección
humana de todas las posibilidades, creencias y esperas de una posibilidad de
llegar a tener el sumo Bien, en la responsabilidad y compromiso es real en el
mexicano solo que a su manera.
El amor en
México es cuestionable y traidor, se vive con gran escepticismo, duda y
sospecha acerca del amor como verdad, es decir, no se confía en el amor, se ve
como algo inseguro, que no garantiza la felicidad al contrario el sufrimiento,
dolor y penas son las premuras que trae consigo, se confía más en el dinero,
las mujeres ven con mucha sospecha el amor y los varones ven el amor como un
desafío, una aventura, una emoción, es alarmante los hijos fuera de los
matrimonios, los divorcios, las infidelidades, el amor en México ha
perdido la fe, la fe que impulsaba a luchar y pelear por un amor sincero y
honesto, basado en el compromiso y la responsabilidad, se ha vuelto más
mercenario como un intercambio de placeres sin responsabilidad ni compromiso,
la aprobación del aborto y la infidelidad como argumento insuficiente para el
divorcio potencializan el amor mercenario: La fe como virtud antropológica
potencializa la fuerza y valor para poder cambiar la idiosincrasia mexicana
acerca del amor, ahora bien ¿es posible el amor verdadero entre los mexicanos?
Por supuesto que sí, pero implica romper con todos los esquemas machistas,
ideológicos, arquetipos del hombre mexicano ente la mujer, los dos, lado a lado
se vuelven uno solo combatiendo a todo un sistema irracional, el mexicano cree
y cree mucho, espera silenciosamente, de ahí la famosa fantasía: del sueño
guajiro, cree que se puede ser mejor y proyecta sus intenciones en la
imaginación.
¿El amor incluso
lo más sagrado que puede tener el humano se prostituye ante una manera mezquina
de chingar al otro, una manipulación, una manera de someter, doblegar y sacar
provecho de intereses personales? El que se enamora pierde, porque
cede a las demandas del otro ¿se podría decir que en México todo se usa para
sacar provecho, que el justo y honesto está condenado a ser presa de los demás?
El amor como negación de uno mismo para dar paso a las necesidades del otro en
ternura, comprensión, perdón y dialogo, parece que solo se da en la maternidad,
la madre, es decir, la mamá es lo más sagrado para un mexicano, como aquella
que no niega a su hijo sino que lo protege de las más cruel peligro, incluso del
padre alcohólico, agresivo y violento. La madre es la que ve por sus hijos, los
ama y proyecta. A pesar de todo muchas madres fomentan el machismo en la misma
educación de los hijos, el sacar provecho de la mujeres, que les sirvan y las
sometan. La mamá en México es símbolo de un amor abnegado, que no se cansa de
dar, servir, ofrecer, apoyar, ayudar, impulsar, creer, en efecto, los varones
mexicanos que tienen una buena mamá que los educa, sabe el valor de una mujer,
sabe lo que sufre, lo que se preocupa, se da cuenta de la importancia de una
mujer en la vida de un hombre, en efecto, un hombre mexicano que carece de
valores es un hombre que no tiene madre, o poca madre. El amor maternal enseña
que el amor es posible y que no se debe negar al otro, pero el mexicano se topa
con varios prejuicios y normas morales a la hora de relacionarse con los otros,
este amor maternal es la base de que exista amor a la mexicana.
El amor aquí en
México a diferencia de otros países se centra en aguantar, en soportar, en no rajarse,
en amachinar, ver la vida y querer salir adelante a puro pundonor mexicano, en
no saber doblegarse aunque las circunstancias sean tentadoras u hostiles,
aguantar, el mexicano ama a fuerza de pundonor, ama a su esposa y sus hijos y
lucha por ellos, se “friega” por ellos, el sufre por ellos, se chinga por
ellos, prefiere sufrir y ser humillado él, a que su hijo, hija o esposa conozca
la cruda realidad, esto llamaría el amor a la mexicano, rudo, por fuerza, por
palabra, por corazón, el mexicano lucha y sufre por su familia, ve la manera de
sacarla adelante, de asegurar su porvenir, su patrimonio, el mexicano se niega
de esta manera, niega su felicidad, sus ideales, sus gustos, su persona por los
que tiene a su cargo, lucha por lo que le fue encomendado, el amor a la
mexicana no es una ficción ni una ilusión es una realidad descarnada de ver la
vida y no temerle, es la radicalidad de salir de sí mismo por la espera y
dependencia de los suyos, espera ver que su trabajo y esfuerzo no fue en vano,
cree que lo que él hace es para beneficio de los suyos y lleva consigo mismo el
dolor que voluntariamente ha aceptado para que los suyos no conozcan el
sufrimiento, Amar para el mexicano es decir: ¡hoy, tú no sufrirás! No conocerás
el hambre, la desnudes, la indigencia, la ignorancia, la tristeza, hasta que
Dios me quite la vida, entonces tal vez y si tú quieres; conocerás la muerte.
Amar para el mexicano es la radical negación de sí mismo, con la cruel
imposibilidad de verlos sufrir.
El amor a la
mexica es una realidad noble, de las más hermosas que existe en este mundo
mexicano, pero cuando entra la idiosincrasia heredada de occidente egoísta y
mercenaria, se introduce la manera de usar esta categoría antropológica del
amor para manipular, explotar, violar, engañar, seducir, es decir, se usa para
Chingar.
Chingar es una elección
“Las
palabras más poderosas en el mundo son: Yo Quiero
Quiero cambiar o quiero seguir igual,
El mundo es una representación de la voluntad”.
Como todo en la
vida chingar es una elección, el hombre elige como llevar su vida, elige como
vivir, tomar decisiones propias o dejar que otro elige por él, elige llevar una
vida miserable o una vida hermosa, elige cambiar o seguir igual, elige
levantarse o estar tirado, componer su vida o empeorarla, vivir en el fracaso o
tener éxito, vivir engañado o enfrentar la verdad. La libertad es una condición
esencial del hombre. El mexicano vive en un sistema anárquico a la misma
convivencia humana, el mexicano aun así elige como vivir, como pensar, seguir
con las tendencias y los males arcanos heredados o cambiarlos, el mexicano que
quiere cambiar se topa con una realidad que lo limita, aunque él quiera ser
bueno, el mismo sistema lo obliga a sobornar, a mentir, a disfrazar, a
lastimar, a pelear, a sacar provecho de los más vulnerables, a ser
irresponsable, a probar y caer en vicios ¿es posible elegir no chingar o es una
condición necesaria en la vida del mexicano? La necesidad enseña más que la
universidad y las necesidades del mexicano son muchas, tan grandes y tan
amplias que no todos llegan a satisfacer sus necesidades, todos los males que
existen en nuestro país, el mismo sistema nacional los crea, y no es culpa de
la educación, ni des las escuelas, ni de maestros, pero si de la idiosincrasia
mexicana, las nuevas tendencias de exigencia consumista incita a muchos vicios
morales, desde identificar más valioso el dinero que la vida humana, los males
son fomentados y las nuevas generaciones empiezan a dejar de creer, si se puede
ser un buen hombre ante tantos que no lo son, se puede formar una familia sin
golpes, ofensas, amantes, mentiras, robos. Se puede trabajar siendo honrado, se
puede crear, innovar e inventar para mejora de nuestra gente, se puede ser
mejor, se puede educar sin tantos prejuicios y sin tantos errores, se ha visto
desde generaciones antiguas que los dichos mexicanos son tan desgarradoramente
real: el que no tranza no avanza, de que lloren en mi casa que lloren en la
suya, la culpa no tiene el indio sino el que lo hizo compadre, etc., la misma
cultura del chingar desgarra la convivencia humana y a todos sus estratos
sociales, culturales, materiales, educativos, abarca toda la relación humana
mexicana.
¿Se debe ver
hasta donde llegamos para cambiar? Estamos cundidos de ignorancia y la verdad
nos atosiga, nos molesta, nos incomoda, desde el ejemplo del obispo, cardenal o
sacerdote, pasando por los presidentes, alcaldes y gobernadores hasta los
pobres, indígenas y vagos, todos ven cómo sacar provecho de los más
vulnerables, al que se deje, al que lo permita, el que chinga es tan culpable
como el que lo permite, elegir implicar permitir, se permite la injusticia, el
robo, la violación de los derechos, es decir, la voluntad mexicana se ve
permisible, tolerante a las injusticias, a los malos tratos, a que se les robe,
la voluntad mexicana se ha visto doblegada está acostumbrada a ser mandada,
ordenada no tiene decisión propia, las masas mexicanas fingen que todo está
bien, pero la realidad es muy diferente, esta acostumbrado a sobrevivir no a
vivir.
Siempre existe
la capacidad de elegir, uno elige sus propios vicios y crea sus propias
virtudes, a veces ayudado por la idiosincrasia fomenta más unos que otros, se
debe crear una cultura del cambio, una cultura de amor a la verdad, definiendo
prioridades, prioridades básicas que no pueden dejarse morir: la familia, los
padres, hermanos, esposa, hijos, trabajo, elegir no ser violento, desobligado,
irresponsable, impuntual, mentiroso, agresivo, lujurioso, adultero, ladrón, se
puede elegir seguir violentando a la raza, o fomentar el crecimiento de la
misma, ¿si uno deja de chingar, pasa de lobo a cordero? La dialéctica
pobre-rico se violenta el pobre que quiere ser rico y el rico que no lo
permite, pero cuando el pobre sea rico, de la misma manera querrá retener el
poder, la comodidad y se seguirá eternamente esta guerra, se debe elegir no
chingar sino ayudar, no morderse entre los caídos, robarse entre los pobres,
joderse entre los jodidos, la idea es ayudar, por supuesto no a todos, sino a
los que tengas más cercanos, tampoco se trata de resolver la vida, antes bien
tener la fuerza de hacer lo que se tiene que hacer, no lo que debo hacer, deber
es voluntarioso, tener es humano. Las necesidades nos unen, nuestra humanidad
nos llama a ayudarnos, soy humano y a veces mi humanidad es tan grande
que me aplasta, sucumbo ante mis miserias y debilidades y no puedo levantarme
solo, necesito, y es esta gran miseria la que me hace ser humano y llamar a
todos mis hermanos. A lo que despierto y no veo más que pobreza,
ignorancia, personas que se les niega la posibilidad de tener una vida buena,
no es sólo el gobierno sino la mentalidad de chingar, personas desobligadas,
polígamas, violentas, agresivas, sádicas, viciosas, flojas, ociosas, dejadas,
irresponsables, irrespetuosas pero sobretodo que no están dispuestas a cambiar,
se alegran de sus miserias, alardean, vociferan como fieras rabiosas y se
cuelgan medallas imaginarias de crímenes y perversiones, se revuelcan en la
putrefacción y se cubren del lodo de su inmundicia, placenteros de vivir en la
mierda, nadie ayuda a nadie, al contrario se ayudan a seguir igual, robándose,
mintiéndose, enviciándose, lanzándose ignorancia y pesimismos, hundiéndose en
la misma cultura que los hunde y los ahoga, asfixiándose tanto que prefieren la
muerte o alienarse en un vicioso para no caer en la realidad, blasfeman y
encuentran alivio ni consuelo, la vida es apariencia, aparentar una vida buena,
que los ojos del vulgo mire que se es bueno rezando, expresando plegarias
huecas e insulsas que ni el mismo dios escucha, incluso se quiere
chingar a Dios. Chingar es una elección tan común como la de levantarse
temprano o seguir durmiendo, seguir soñando con una vida ideal o levantarse
para hacerla realidad, chingar es una elección tan común como el saludar:
¡buenos días señor! ¡Que tenga un buen día! Que inaugura tanto la ética como la
filosofía, chinga es una elección como la desear ser un buen hombre, un
buen hijo, un buen esposo, en buen padre, un buen hermano, un buen mexicano,
chingar es una elección tan común como la de decidirte a abrir los ojos y ver
tu realidad, aunque tengas tantas ganas de cerrarlos y pensar que nada de lo
que vives es real, pensar es no chingar, pensar es no hacer la carga más pesada,
pensar es empezar a querer vivir para elegir lo que quieres de tu vida y de lo
que vienen atrás, empujando para poder vivir lo que se les va heredando.
Sueño guajiro:
la esperanza y construcción de una utopía mexicana.
Ante todo este
panorama ¿se podría decir que existe una solución, una esperanza, una razón
para seguir creyendo que se puede cambiar? ¿El mexicano estará dispuesto a
cambiar? Pienso que ante toda esta circunstancia hay posibilidades de mejorar
toda nuestra cultura, ante una constante invasión consumista americanizada, una
pansexualización, una educación cerrada y sometida a una domesticación, una
cultura despreocupada por el otro, que goza y disfruta la desgracia ajena, en
donde todos buscan la manera de chingar y de no ser chingados, en donde todos
buscan una comodidad y beneficio a costa de aprovecharse de las miserias y
desgracias ajenas, un país que tiene un porcentaje alto de pobreza que está
siendo utilizada para someter por largo tiempo a este pueblo mexicano, un
gobierno que vende sus recursos y a su gente, una iglesia que se ha acomodado y
vive despreocupada por el prójimo, y una raza mexicana que no despierta, no
despierta porque le gusta vivir soñando, despertar implica vivir, actuar,
participar, implica ya no ser espectador sino actor de su presente y forjador
de un futuro. No se trata de echar culpas y distribuirlas, ni relegar
responsabilidades a otros y quedarse tranquilos, sino que implica la real y
verdadera actuación de uno mismo, nadie va a hacer un cambio por nosotros,
somos nosotros en los que esta la responsabilidad, hablar de nos-otros
involucra a todos los que están viviendo la realidad mexicana, tampoco se trata
de inventar utopías o prometer cosas imposibles, sino cosas reales, aquel
mexicano que ha vivido injusticias, ultrajes, robos, chismes, grilla,
secuestro, homicidio, hipocresía, tiene dos opciones adaptarse al sistema o
cambiar el sistema. El más fácil siempre será el primero, no hay que hacer gran
cosa sólo aprender a vivir como la mayoría de gente, las masas humanas son
irracionales no cuestionan sólo se acostumbran a vivir como todos sus
homónimos, no se aman a sí mismos, se desprecian a ellos mismos y desprecian
sus ideales por temor a no ser aceptados por el mundo, niegan sus virtudes al
mundo por querer ser del mundo, se identifican con los demás y se sienten
seguros, no se cuestiona si están mal o están bien, sólo saben que encajan en
el mundo y viven felices con la aceptación de las masas, el sentirse amados por
el mundo es el perfecto ideal del rebaño, el ser señalado y rechazado es lo que
repugna al hombre-sistema, el hombre-sistema se adapta y desea el
reconocimiento, la gloria y el amor del mundo, no se construye nada sólo aporta
más mierda al sistema, se vuelve mercenario y violento, maldice y desprecia los
valores por desear tener el reconocimiento del mundo, no existe iniciativa ni
ideales, hace lo que todos hacen, preocuparse por su comodidad y un
terrible asco por la solidaridad.
Los hombres de
los que hablo son los que están hartos de vivir y morir en un sistema que da
asco, que ante la indiferencia total de los hombres-sistema se ven en la
impotencia radical de hacer algo, que ante la voraz sociedad mercenaria en
busca de sacar provecho de todo se ve como paralizado y asombrado de tanta brutalidad
y repugnancia humana, ante esto no mira con desprecio a los hombres-sistema ni
mira con miedo la cruel realidad antes bien, mira la vida con optimismo
creyendo en la virtudes humanas por encima de la barbaries humanas, cree en la
bondad por encima de la maldad, y está dispuesto a llamar y apelar a la bondad
humana, no existen cosas imposibles sólo realidades en las que no hay voluntad
de cambiar. El mexicano necesita cambiar, alegrarnos del triunfo de los
mexicanos hechos en México, es necesario aprender a ser justo, a amar la
verdad, a no ser violento, a ser honesto, presto para ayudar, a buscar ser
honrado y trabajador, y esto no es una utopía, está en nuestras posibilidades,
el mundo es una representación de la voluntad humana, la voluntad humana como
creadora del mundo, la voluntad humana como la que crea y destruye, es voluntad
de cambiar, de mejorar, de superar, de amar. El cansancio de la voluntad
mexicana recae en la anarquía y canibalismo sangriento de los suyos como
valoración de odio y asco de sí mismo como raza.
La
reestructuración de valores es piedra angular de un cambio real, la ética se
destruyó, los valores son relativos y puestos al servicio de los intereses
mezquinos de los hombres de mala voluntad. La ética es el ángel del hombre, es
lo que salva al hombre de ser una bestia irracional hambrienta de muerte, el
hombre mexicano necesita que se le muestre que existen valores más
trascendentales y duraderos que el dinero, esto significa luchar con un sistema
consumista que encuentra plena existencia y vitalidad en el dinero, dar un giro
radical del -ser es tener- a -ser es ayudar- el pueblo
mexicano esta hambriento de idealistas, profesionistas, intelectuales
dispuestos a ayudar y no a chingar, dispuestos a no adaptarse a un sistema
corrupto y prestos a cambiar su medio, es decir, conocer para ayudar, pensar
para cambiar, enseñar que ayudar es ser persona, los nuevos valores
serian: solidaridad, trabajo y justicia, piedra fundamental para
esta nueva tierra mexicana, la nueva educación giraría en torno a
estudiar para ayudar conocer para innovar, el nuevo mexicano criticaría y
pediría respuestas legitimas a los poderes de opresión: al gobierno y a la
iglesia, cuestiones delicadas que deben ser respondidas con franqueza y razón.
En efecto, la solidaridad haría una ligación, una identificación con la raza,
la raza mexicana, somos todos mexicanos y estamos dispuestos a ayudar,
alegrándose con logros hechos por mexicanos, no envidiándolos, ayudando a la
raza, enseñando a los ignorantes, corrigiendo a los que están errados,
fomentado el deporte y la educación y no los vicios y el ocio, educando a las
generaciones más jóvenes e inexpertas, con las oportunidades para que sigan con
sus estudios profesionales (México tiene hambre de profesionistas con
iniciativa, mentalidad de ayuda y de creación, no de obrero y domesticación),
la miseria mexicana es tan colosal que arrasa cualquier comprensión racional,
la necesidad es inmensa que pareciera que no hay solución, la confusión es tan
voraz que no se sabe qué hacer, la ignorancia tan peligrosa que arremete
incluso en contra de las cosas más sagradas y leales, la utopía es tan irreal
que pareciera que solo en sueños sería posible alcanzar, es por eso que el
trabajo es piedra angular de la construcción real del sueño guajiro: el
trabajo no como evolución y trascendencia material sino como revolución
solidaria por mejorar la vida, ¿de que serviría mejorar mi vida si a
mi alrededor solo veo miseria y necesidad? Trabajar cada quien con lo que sabe
y tiene a su alcance realizar, el mal no es una condición natural es una
elección humana, el ser humano por el simple hecho de ser humano es bueno,
dotado de virtudes, dones, talentos, es por eso que toda virtud, verdaderamente
virtud, está llamada a servir, y en el servir encuentra su realización eterna y
permanente, en efecto, humano significa polvo, debilidad, vulnerabilidad, a
veces nuestra humanidad nos gana (vicios, manías, desenfrenos, adicciones),
pero son nuestras necesidades las que nos ayudan a unirnos, nos sentimos unidos
a los otros por nuestra necesidades, el trabajo es resolver esas necesidades.
El trabajo como potencializador de soluciones para la vida. Mientras otros
desperdician su vida nosotros trabajos para aprovecharla, el trabajo no como
medio de servicio y sometimiento sino como la resolución e innovación para la
raza, para la gente, para el pueblo. La justicia como impartidor de ayuda y
protección de los más necesitados y atropellados, como iniciador de impartir
las mismas oportunidades de prosperidad para todos, siempre va existir uno que
sobresalga y otro que por su misma condición quede rezagado, la impulsión de un
pueblo merece la real y verdadera justicia. La justicia no como la definición
tradicional: dar a cada quien lo que se merece sino dar las opciones
potenciales de merecimiento que todos deberían tener, esa capacidad de
merecer otorgando los medios para poder potencialmente obtener, la justicia
proporcionada como una capacidad de crecimiento y prosperidad, en todos los
aspectos: académico, profesional, económico, familiar, religioso, moral,
laboral, salud, vivienda. La justicia no desde una perspectiva de juez y
castigo, sino como la capacidad de otorgar las opciones necesarias educativas,
económicas y laborales para castigar lo menos que se pueda; la justicia como
esa capacidad de hacer a las personas con una capacidad crítica del juicio,
deliberando y discerniendo por ellas misma con el conocimiento de lo que es
bueno y malo. Es justo erradicar y anular al dinero como supremo y máximo valor;
no necesitamos personas competentes para ganar dinero sino competentes para ser
solidarias y atentas al dolor y necesidad humana, atentos a las necesidades y
carencias de su gente, competentes para ayudar y en esa medida y como añadidura
tener los honorarios reales y justos, con la real y sana conciencia de hacer lo
que tenía que hacer, en efecto, la justicia no sería el deber ser y
merecer sino ser lo que se tiene que hacer, el
dinero jamás fue el motor y principal motivo de movilización humana, antes bien
el asombro de nuestras miserias como potencializadoras de vencerlas, vivir para
no-morir. El dinero no asegura la vida, al contrario la extermina. El dinero no
hace al humano más humano, al contrario lo deshumaniza y lo aniquila, el dinero
no es un valor ¿en qué momento se volvió valor? Es un medio para el servicio
humano de convivencia, el dinero se convirtió en valor cuando se determinó que
el hombre vive para ganar dinero, pero el hombre vive por vivir, sino crea la
vida y la recrea con ideales, trabajo y solidaridad. La guerra no será nunca
más necesaria sino como medio de evolución de mejora de calidad de vida, la
humanidad mexicana cerrara sus oídos y conciencia a aquellas voces de chingar
para sobrevivir y abrirá los ojos para estar atente a las necesidades de su
gente, el estudio será creación, innovación, iniciativa para resolver las más
legítimas y justas necesidades de vida de su raza, la educación gira en torno
al amor a la verdad, al trabajo por vocación y a la solidaridad, como parte esencial
de vida para superar la realidad y transformarla.
Las
instituciones educativas formaran personas libres, no se domesticara ni
oprimirá, se propondrán ideales fuera del contexto consumista, ideales que
vayan más allá de un trabajo gubernamental, o de un obrero vendido a sueldo,
ideales más allá de una casa, auto y pensionarse, ideales que ayuden y
trasciendan a su gente, valores que no giren alrededor del dinero e intereses
mezquinos, carreras universitarias que aseguren y resuelva las necesidades de nuestra
gente, personas que no dependan de un trabajo que ellos aprendan a propiciar
sus propias fuentes de trabajo. Que aprendan a no depender ni estar
esclavizados de nada.
La iglesia
fomentara la verdad y proclamara la justicia, defenderá al prójimo y será
acusada y perseguida no por sus crímenes, sino por cumplir con su misión de
anunciar el reino de Dios y denunciar los muchos crímenes y pecados de los
hombres, predicara con el ejemplo y buscarán ser Luz para las personas,
enseñara un camino de vida no con palabras, sermones o exigencias que ni ellos
cumplen, sino con una vida santa, se dejaran de excusar que la santidad no la
propician ellos sino Dios, que las debilidades y miserias humanas son más
grandes que la voluntad y buscaran ser santos. El ejemplo será de Hombres,
hombres enviados por Dios para anunciar la buena noticia sin miedo y con valor,
no en lugares pobres y tranquilos, buscaran los lugares de México más violentos
para evangelizar, con fortaleza y coraje, no seguirán abusando de los más vulnerables,
ignorantes, dejaran de amenazar y atacar psicológicamente a sus feligreses,
dejaran de abusar de niños y dejaran sus actos homosexuales, engendrarán verdad
y por ella todos los perseguirán; las iglesias serán vivas no serán el
escondite de Dios, enseñara el amor al prójimo, la ayuda honesta y sincera a
sus hermanos, pero sobretodo cambiaran la ideología cultural mexicana,
proclamaran: NO CHINGARÁN AL PROJIMO. Demostrarán que la vida en Cristo es por
mucho mejor que la vida consumista, demostrarán que la verdadera realización
humana es la vida conforme a Dios, y dejarán de ser pésimos ejemplos para la
sociedad mexicana, sus rostros darán la luz del redentor y no reflejaran
miserias y pecados. El poder que ejerce la iglesia en las conciencias del pueblo
mexicano es inmenso, en efecto, su labor es fundamental, se tiene que dejar de
ver a padrecito como un perdedor, vividor del pueblo y aunado a eso con
múltiples vicios. La iglesia tiene el poder de cambiar a la gente
mexicana, pero ha visto el poder, dinero y comodidad en ella, se instalado
para vivir de ella a base de amenazas y chantajes, se necesitan sacerdotes
santos, se necesitan Cristianos que ayuden a mejorar y no que sean piedra de
tropiezo y escándalo de los más pequeños. La iglesia como catalizador de
cambio, el ejemplo del Metanoia.
El gobierno
mexicano buscará propulsar el talento mexicano, hará gente pensante, creadora,
no venderá a su raza ante el mayor postor, las virtudes y talentos están en la
misma gente mexicana, negará la entrada de ideologías y corrientes
destructivas, nocivas, aniquiladoras del mexicano, fomentará virtudes, dará
igual oportunidades, no privilegiara a los más poderosos, ni les facilitara
todo, al contrario, les exigirá más para su gente, negará los recursos naturales
a extranjeros y los pondrá al servicio de la raza, convocará a personas y
proyectos mexicanos para extraer y aprovechar nuestros recursos, abrirá más
universidades, realzara y ayudará a los marginados del país, no con programas
de oportunidades sino con los medios para superarse y que no dependan del
gobierno. Los gobernantes apreciaran a su gente y no la despreciaran, los
tratados de comercio será con el pueblo para el pueblo, las inversiones
servirán a la gente no al crecimiento del dinero, el dinero le servirá a la
gente y no la gente al dinero. Sus salarios son justos en la medida que
trabajen y propongan programas que ayuden y no chinguen más al pueblo,
fomentado más pobreza y miseria, ya que ésta proyecta potencialmente
mercenarios, ladrones, contrabandistas, asesinos, la necesidad en el mayor de
los casos hace al criminal, los males del sistema el mismo gobierno los
fomenta, no hay escusas ni justificaciones, ¡se puede cambiar, se puede
vivir mejor, se puede dejar de chingar! El gobierno no como protector sino
como propulsor de crecimiento, el ideal no es ser como las malditas primeras
potencias mundiales, para heredar también su asquerosa política, sociedad y
moral, el ideal no es E.U.A. ni Europa y mucho menos Asia, sino el ideal es una
sociedad solidaria, propia, autentica, recetas para los auténticos problemas
mexicanos, que se supere no por amor al dinero sino por ayuda y preocupación de
los suyos. ¿De qué me sirve hacer riqueza en un lugar que a donde quiera que
veo hay pobreza, ignorancia, vanidad, presunción, altives, un mundo que presume
de ser chingón jodiendo a su propia gente? El gobierno como fomentador de
crecimiento para su gente, para enriquecer a los suyos y no a ajenos. Sé que lo
que estoy pidiendo es una utopía, pero jamás se dijo que las utopías fueran
imposibles, son la luz que dirigen a las sociedades, denunciando lo intolerable
y anunciando lo anhelado.
Los medios de
comunicación buscarán y anunciarán la verdad por más cruda que sea, el pueblo
debe estar informado de la real circunstancia nacional, ya no más aletargo y
paliativos masivos de comunicación, novelas y programas estúpidos que duermen a
las masas mexicanas, la información debe estar al servicio de las personas, no
para ocultar intereses o para el servicio de partidos políticos o poderes
genocidas, buscaran proponer ideales, buscando hacer a las personas auténticas,
sin proponer modelos o paradigmas huecos de humanidad, que la realidad
política, económica, educativa y social sea reconocida, dando a conocer en que
gastan el dinero público, dando a conocer los movimientos sociales de nuestra
gente que se levantan con las justas causas que impelen a sus necesidades,
informando de todas aquellas injusticias llevadas a cabo por la policía,
gobernadores, alcaldes y presidentes. La sociedad mexicana necesita de un canal
de televisión valiente, que busque verdaderamente informar, que se dé a conocer
la realidad social tal y como es, y no transmitiendo programas, shows,
concursos que hacen más a las personas mexicanas estúpidas, ociosas, morbosas,
albureras, sarcásticas, burlonas, groseras, indecentes, promiscuas, programas
que no denigren al mexicano ni se burlen de su miseria, parodiando una pobreza
intelectual que carece de sentido pero que fomentan la burla de la desgracia
ajena. Debe informar, entretener y educar sanamente. Que se fomenten valores y
no: infidelidad, sexo irresponsable, adulterios, robos, traición, alcoholismo,
drogas, prostitución, violencia, vandalismo, discriminación, racismo,
marginación, videos y películas que fomenten valores, que fundamenten la
verdadera dignidad humana, y no que produzcan curiosidad por vicios,
sobre todo para los más jóvenes que van heredando el país.
El sueño guajiro
como aquel que sólo se puede triunfar, ser exitoso y feliz sólo en la imaginación,
los gustos, los deseos, los anhelos, los gustos proyectados en una realidad
ficticia que se puede recrear en la imaginación, la estructuración de lo que se
quisiera ser y jamás se va a poder tener, una realidad alejada de toda
posibilidad real de tener, más allá del mundo ideal y perfecto de Platón,
superando la Utopía de Tomas Moro o la ciudad del Sol de Campanella, más allá
de la perfecta Atlantis y superando la Nueva Atlantis de Francis Bacon, la
estructuración imaginaria del cielo cristiano mexicano. El sueño guajiro como
imposibilidad perpetua de ser estancado en la pasividad más cruel en la
realidad y activa en la mente. Es la espera anhelada y creada en las ideas más
perfectas e inmutables, sin embargo, el sueño guajiro, es la idea que debe ser
trabajada, siempre mirando al cielo con los pies bien puestos en la tierra, la
pregunta sería ¿Quién está dispuesto a trabajar por la realización del sueño o
seguir en la espera más radical y cruel de querer, y ser atormentado cada
segundo del día en no poder tener? El sueño guajiro es la idea: de justicia, de
amor, de fidelidad, de esperanza, de trabajo, en fin, de perfección, la espera
más cruel y frustrada es la que se hace en medio de la miseria, no cabe duda
que desde el infierno se ve mejor el cielo, el sueño guajiro es la luz que el
mexicano hasta hoy esperaba alcanzar con el más ferviente deseo de que ella
viniera a él, ahora está cansado de esperar y orar, está dispuesto a levantarse
caminar, correr incluso a gatas llegar a ella, es el principio del nuevo
mexicano, el principio de una nueva vida mexicana, el principio de superar la
cultura del chingar.
[2] Expresión muy reitera de Samuel Ramos
4. Se justifica la guerra de conquista si los indios se negaban a ser
cristianizados o evangelizados para lo que se creó la institución del Requerimiento.